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En 1889 se erigió al General en Jefe Rafael Urdaneta su primera estatua en nuestro país. Fue encargada por el gobierno del Zulia, al reconocido escultor italiano Giovanni Turini. La obra fue fundida en Nueva York en la casa de fundición Luzarte&Whitney. Esa escultura fue colocada el 8 de diciembre del mismo año, en la plaza con el nombre de héroe, que fuera inaugurada en esa ocasión, en conmemoración del primer centenario de su nacimiento. Estaba ubicada en el casco central de Maracaibo en el sector llamado El Circo, entre las calles Pacheco, Padilla, Colón y Vargas. Allí permaneció durante 84 años. Después deambuló por diferentes sitios durante cinco años, y ha permanecido los últimos 37, en un espacio suburbano, al oeste de la ciudad, donde funcionara la Universidad Rafael Urdaneta, a quien se le diera en comodato. Hoy funciona allí la Universidad Bolivariana.
Dado el valor histórico y artístico de este monumento pedestre, elaborado en bronce, cuyos rasgos iconográficos corresponden a un Rafael Urdaneta único; merece ser colocado nuevamente en el centro de la ciudad que le viera nacer en 1788; ya sea en la plaza que actualmente se construye al lado del Museo dedicado a su memoria y donde naciera hace 227 años, o en cualquier otra ubicación que el Gobierno regional decida. De esa manera, estaría al alcance de zulianos y de venezolanos en general, que podrían apreciar con asombro, el valor artístico de una obra, que ya tiene más de un siglo y donde su autor apeló como elementos iconográficos, al manuscrito que sostiene al uniforme militar y a la espada desenvainada, que representan al estadista, al diplomático y al militar en tiempos de paz, que fue nuestro héroe regional, nacional y continental, con la serena majestad que siempre lo caracterizó.
Por todo ello, el Rafael Urdaneta de Turini y del Zulia, debe volver al corazón de la vieja Maracaibo, vestido con sus mejores galas de bronce, para reencontrarse con el Baralt, también de Turini “inundados de su luz fecunda” en su “Tierra del Sol amada”. Rescatemos entonces esta escultura de Urdaneta 227 después de su nacimiento, pues como dijera Mijares, “si Bolívar se llamó a sí mismo el hombre de la dificultades, Urdaneta fue el hombre de las responsabilidades”, cosa que enorgullece a todos los zulianos.