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Los delincuentes tienen agobiados al personal de la unidad educativa estatal Gabriela Mistral. Durante lo que va de 2016, la comunidad escolar tuvo al menos cinco robos y esta semana fueron víctimas de dos hurtos consecutivos.
El hampa no tiene piedad en el barrio Amparo. La madrugada del martes pasado y de ayer, los maleantes entraron al colegio de la avenida 41 por el patio, levantaron la puerta corrediza de metal que separa el área administrativa de las aulas e ingresaron a la dirección. Yanelis Duno, directora de la institución, contó que entre los dos hurtos se llevaron siete computadoras con sus reguladores, teclados y mouse.
Los pasillos de la dirección estaban mojados, porque los ladrones desarmaron el lavamanos, pero no se lo llevaron. Los empleados del Gabriela Mistral sintieron alivio el martes, porque los malhechores no lograron llevarse las Canaimas de los estudiantes, aunque sí forcejearon el armario donde estaban guardadas. Los trabajadores tuvieron la previsión de resguardarlas lejos de la escuela y se presume que ayer los ladrones fueron en busca de ellas.
Los vecinos negaron haber escuchado ruidos, según narró la directora del instituto. Los obreros exclamaban con molestia que los malandros hicieron sus necesidades fisiológicas en varios espacios del recinto.
Seguridad ausente
“Esto ha sido una secuencia de robos increíbles desde febrero. Se llevaron todo lo del cafetín, los aires acondicionados de los dos colegios y del municipio escolar”, acusó Duno, quien recriminó la labor de los cuerpos policiales. O su falta de acciones. Un representante de la Policía regional se comprometió a enviar una comisión para patrullar constantemente por el sector desde marzo, pero no cumplió.
La directora recalcó que en abril la ola delictiva hizo estragos en el centro educativo. “En una oportunidad llamé a uno de los funcionarios y me dijo que no podía venir porque no tenían unidades”. A la titular del colegio le aterra pensar en las condiciones en las que encontrará el recinto en septiembre, por lo que cataloga de urgente la permanencia de un vigilante durante el período vacacional.
Los actos vandálicos son recurrentes en la zona y los representantes temen por la integridad de sus hijos. Geraldine Villalobos dijo que cambiará de colegio a su niño, por las condiciones de inseguridad a las que está expuesto. Recordó que en una oportunidad, los maleantes perpetraron el robo en hora de clases. “Se escucharon hasta disparos y la maestra acorraló a los niños y les dijo que se tiraran al suelo”. La representante manifestó que muchos alumnos no quieren asistir por miedo.
Multifuncional
En la locación también funciona la EBN Régulo Pachano Áñez, el Municipio Escolar 4 y una sede del Centro de Atención para Niños con Dificultad en el Aprendizaje (Cenda).