Rumbo al voto en Libertad

Sin ser exhaustivos, la farsa de la Asamblea Nacional Constituyente, el desprecio al diálogo y negociación y la destrucción del voto como herramienta fundamental de la democracia, son los factores fundamentales que han puesto a esta dictadura en jaque mate

No puede asumirse como casualidad la tremenda expectativa de cambio que se respira en Venezuela. Tengo la convicción de que ese cambio es irreversible. Y hemos llegado acá luego de toda una lucha llena de aciertos y errores que ha desnudado a una dictadura que quería mantener ante el mundo un ropaje democrático. Sin ser exhaustivos, la farsa de la Asamblea Nacional Constituyente, el desprecio al diálogo y negociación y la destrucción del voto como herramienta fundamental de la democracia, son los factores fundamentales que han puesto a esta dictadura en jaque mate. Y es necesario reconocer la firmeza de la oposición venezolana al desconocer la ANC, el acuerdo de Dominicana y el burdo fraude del 20 de mayo.

Desconocidos Maduro y sus cómplices por nuestro país y casi por todo el mundo, la estrategia nos hacía apuntar hacia el 10 de enero como fecha fundamental para concretar la caída de este régimen destructivo. Asumimos la política de la presión y todos hemos logrado ver resultados. Ese 10 de enero se concretó la usurpación. A partir de allí, la solidez de la Asamblea Nacional, con el liderazgo emergente de su Presidente y hoy Presidente interino de la nación, Juan Guaidó; la decisión masiva y emocionante de un pueblo que no se rinde y decidió salir a la calle y dar una gran lucha; el impresionante y contundente apoyo internacional que se traduce en el reconocimiento a Guaidó como Presidente y la decisión mundial de presionar hasta que el tirano se vaya. 

¿Y ahora qué viene? La intensificación de la presión para que cese la usurpación, hagamos la transición y tengamos elecciones libres que inicien una nueva era en nuestra República. Esos tres objetivos van desarrollándose de manera simultánea. Para tener listo todo y llegar lo más pronto posible a elecciones -la CN habla de 30 días, pero todos sabemos que eso no es posible- es necesario proceder a la escogencia de un nuevo CNE. Maduro tiene sus días contados. Tibisay Lucena tiene sus días contados. Ya estamos trabajando en la designación del Comité de Postulaciones Electorales. Inmediatamente debemos trabajar en la depuración del Registro Electoral para que los nuevos electores, los venezolanos que viven fuera y los migrados, puedan ejercer libremente su derecho. Haremos real la observación internacional, imparcial y durante todo el proceso. Para ello contaremos con la ONU, OEA, UE, Grupo de Lima y diversos países. El Plan República va a consolidarse con una Fuerza Armada respetuosa de la Constitución y de su rol de protección de la nación y no de individualidades o parcialidades políticas. Tenemos que reducir hasta desactivar los grupos armados que afectan los procesos. La norma prohíbe la utilización de recursos públicos y de mecanismos de chantaje para inducir el voto. Eso y la eliminación del voto asistido deben darse. Los partidos políticos estarán legalizados y los líderes políticos habilitados, así como liberados los presos políticos y en su patria los exiliados. El nuevo CNE debe proceder a la organización de las estructuras electorales territoriales para que sean equilibradas y eficientes.

Además de todas estas medidas tendientes a llenar de transparencia el proceso electoral, es imprescindible desmontar, anular, mandar al cementerio esa farsa de Asamblea Nacional Constituyente que fue inventada por los dictadores para acabar con la democracia y con el voto. Deben también relegitimarse los poderes públicos. No solo un nuevo CNE, sino también nuevo contralor, nuevo fiscal, nuevo defensor del Pueblo, un TSJ legitimado por la AN y una AN en plenitud de funciones y atribuciones. El trabajo es arduo. Pero estoy seguro de que todos trabajaremos arduamente para lograr este cometido. Tengo la convicción de que este mismo año podríamos tener elecciones presidenciales. 

Para recuperar la democracia, necesitamos votar en libertad. Para votar en libertad necesitamos confianza, pluralidad, transparencia, equilibrio, que se respeten los resultados. Eso lo vamos a lograr con los cambios que proponemos y que ya la Asamblea Nacional comienza a desarrollar.

 

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