Sus parientes y amigos no sabían de su paradero desde el pasado viernes cuando salió a comprar unos cigarrillos para beberse una botella. Declararon a la Policía que antes de partir les dijo: “Ya vengo, voy a comprar dos cigarritos para echarme una botellita”
Sin zapatos ni cartera encontraron a Alberto Ambrosio Vega, de 24 años, sobre el asfalto de la calle 8 con avenida 9 del sector Juan de Dios Bríñez, parroquia San Carlos del municipio Colón.
Sus parientes y amigos no sabían de su paradero desde el pasado viernes cuando salió a comprar unos cigarrillos para beberse una botella. Declararon a la Policía que antes de partir les dijo: “Ya vengo, voy a comprar dos cigarritos para echarme una botellita”. Lo esperaron por horas, al ver que no llegaba se preocuparon, salieron a buscarlo, pero no lo encontraron hasta unas 24 horas después, el cadáver yacía en la morgue con heridas de bala.
Según los testimonios de los vecinos, dos motorizados lo interceptaron y le asestaron siete balazos en su rostro y luego huyeron. El muchacho cayó boca arriba sobre el asfalto. En un momento desaparecieron sus pertenencias, aunque los funcionarios interrogaron a los curiosos, ninguno supo explicar quién se las llevó.
Los oficiales de la Subdelegación San Carlos de la Policía científica investigan el crimen como una venganza, pese a que la familia jura que no tenía deudores ni enemigos.
Los allegados explicaron a diario Fronteradigital que era una persona tranquila y trabajadora. Al parecer su muerte estaba relacionada a un tema amoroso, del cual la familia no quiso precisar mayores detalles.