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Dilma Rousseff, presidenta brasileña, afirmó ayer que está dispuesta a defender su mandato ante el Senado, que deberá decidir si será sometida a un juicio político, y aunque confesó sentirse “triste”, sostuvo que derrotará el “golpe”.
Rousseff convocó una rueda de prensa un día después de que la Cámara de Diputados aprobó y remitió al Senado un pedido para que se inicie un juicio con miras a su destitución por maniobras contables que el Gobierno realizó para maquillar sus resultados en los últimos dos años.
La mandataria admitió estar “triste”, pero no “abatida”, y dijo que ha quedado frente a una “situación que solo puede provocar una inmensa sensación de injusticia y de que hay en Brasil una violencia contra la verdad, la democracia y el Estado de Derecho”.
“Tengo la energía, fuerza y valor para confrontar esta injusticia”, afirmó, y acusó al vicepresidente Michel Temer de conspirar en su contra.
La presidenta aseguró también que, una vez que el proceso con vistas a un posible juicio político se inicie en el Senado, confía en que tendrá la “oportunidad” de defenderse y demostrar que, en su caso, “se usa la apariencia de un proceso democrático para practicar un abominable crimen, como es condenar a un inocente”.
Rousseff insistió en que las maniobras contables que sustentan la acusación no suponen una ilegalidad y mucho menos un “delito de responsabilidad”, como la Constitución define las causas que pueden llevar a la destitución de un mandatario.
Consideró “interesante” que no hay en su contra “ninguna acusación de desvíos de dinero, de enriquecimiento ilícito o de ocultar cuentas en el exterior”, que sí pesan contra quienes la juzgan, en alusión al presidente de la Cámara baja, Eduardo Cunha, imputado por esos delitos.
Reacciones
Los Gobiernos de Cuba, Bolivia y Venezuela y la Unasur rechazaron ayer la decisión de la Cámara baja de Brasil de continuar el trámite para un proceso con fines de destitución de la presidenta Dilma Rousseff, mientras la ONU y EEUU mostraron su confianza en las instituciones democráticas para resolver la crisis.
A través de su portavoz, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, destacó hoy la solidez de las instituciones democráticas de Brasil y confió en que “los actuales desafíos del país se resolverán a través de esas instituciones y de acuerdo con la Constitución”.