Salida y fuga de capitales

La salida de capitales se produce cuando agentes económicos nacionales adquieren activos financieros y no financieros  en el exterior o simplemente colocan sus capitales en depósitos en moneda extranjera en bancos en el extranjero

El principal argumento que el régimen y sus acólitos esgrimen para vetar cualquier posibilidad de levantar de manera progresiva el control de cambio, con la inmediata unificación de la tasa de cambio como medida primigenia para comenzar a darle soluciones al tema de la crisis económica que vive el país, es que el  sector económico privado se terminaría por llevar las pocas divisas con las que cuenta el país; a pesar que en los últimos 18 años solo por concepto de exportaciones petroleras y no petroleras, la revolución chavista ha recibido más de un billón de dólares americanos; más otros 120 mil millones de dólares que ha captado vía endeudamiento externo.

En aras de ser lo más explícito posible es importante aclarar conceptos, la salida de capitales se produce cuando agentes económicos nacionales adquieren activos financieros y no financieros  en el exterior o simplemente colocan sus capitales en depósitos en moneda extranjera en bancos en el extranjero; porque la reserva de valor de esta moneda es superior al signo monetario nacional y ofrece una mayor flexibilidad para las transacciones en el mercado internacional. 

Todo ello como consecuencia de la desconfianza en el mercado interno, producto de la inestabilidad de precios (alta inflación), tasas de interés reales negativas, sobrevaloración del tipo de cambio, devaluación implícita recurrente de la tasa de cambio, multiplicidad de tipos de cambio, etcétera. En pocas palabras el recetario de políticas económicas  aplicadas y promovido  por la revolución chavista en los últimos 18 años de Gobierno.     

Aunado al escenario anterior, en economías como la venezolana se produce otro fenómeno que es la fuga de capitales, el cual es un término que siempre va a estar asociado a expectativas, incertidumbre, desconfianza, crisis, corrupción o una posible situación de impago por parte del Estado, cuando este se vuelve incapaz de cumplir con el pago de la repatriación de las utilidades en divisas generadas por la inversión extranjera, sus obligaciones contractuales de deuda comercial y/o financiera, entre otros; por ello se produce, salida desde el país hacia el exterior de dinero y bienes, en cantidades importantes en busca de mayor seguridad y rentabilidad, evadiendo los controles, leyes y el pago de impuestos.

El comportamiento de ambos indicadores antes señalados puede observarse en la balanza de pagos reportada por el BCV (Banco Central de Venezuela), en la cuenta de capital y financiera la cual en el período 1999-2014 muestra un saldo plurianual negativo de 148 mil 518 millones de dólares, implicando una mayor erogación (salida de capitales) que ingreso de divisas para el país dirigidas a la inversión.

Mientras en la cuenta de errores y omisiones de la balanza de pagos reportada por el BCV, la misma en el período 1999-2014 muestra un saldo plurianual  negativo de 38 mil 767 millones de dólares es decir ¡fuga de capitales! que al sumarlo al indicador anterior el saldo negativo asciende a 187 mil 582 millones de dólares; todo ello a pesar que desde el año 2003 se instaura en Venezuela sistema de control de cambio, el cual como se puede observar a generado nefastos resultados.

Hasta tal punto que mientras el país al cierre de 1998 contaba con un saldo en reservas internacionales de 17 mil 818 millones de dólares para atender las necesidades de una población de 23 millones 412 mil habitantes, al cerrar 2016 la nación solo contaba con 10 mil 995 millones de dólares para responder a las demandas de una población de 31 millones 255 mil habitantes aproximadamente. 

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