La Fundación Santa en las Calles regala juguetes, comida y zapatos a los niños de los islotes Sabaneta y Maraca
Las comunidades de los islotes Sabaneta y Maraca fueron las escogidas para ser beneficiadas por la Fundación Santa en las Calles.
La primera parada que hizo Santa y sus duendes fue en el islote Sabaneta, municipio Almirante Padilla, adonde llegaron en una lancha cargada de sorpresas. Los niños junto a sus padres los esperaron ansiosos, y muchos estaban descalzos, porque ni siquiera tienen zapatos.
El ambiente estaba sin luces ni decoración. Es una comunidad que hasta la fecha tiene ocho años sin agua potable y que desde hace cuatro años quedó sin electricidad tras el robo de los cables que suministran el servicio. Hasta el momento ni la Gobernación de Zulia ni Corpoelec les tienden la mano.
Francisco Moroso, presidente de la Fundación Santa en las Calles de Maracaibo, dejó claro en cada comunidad que son una organización sin fines de lucro, ni políticos, que iban a darles un momento de amor y solidaridad a los niños más necesitados, sin esperar nada a cambio.
Tres mil 415 donaciones recibieron para beneficiar a dos mil familias, comentó Nelson Carruyo, director de la fundación.
“Feliz Navidad, de parte de Santa en las Calles”, fueron las palabras del nutrido grupo de voluntarios a cada una de las familias, donde los besos y los abrazos no se hicieron esperar de parte de ellos.
Los niños se emocionaron al ver a los representantes de la fundación junto a Santa cargado de juguetes, ropa, alimentos y zapatos.
Los zapatos eran los más solicitados por los menores, incluso más que las muñecas, los carros o las pelotas. Y es que con los calzados podían mitigar la alta temperatura del suelo zuliano ocasionado por el sol. “Me puedes regalar una de esas cotizas”, repetían los niños de la localidad.
En Venezuela cubrir la cesta alimentaria para una familia de cuatro personas superó los 22 mil bolívares soberanos para el mes de octubre, según el Centro de Documentación y Análisis para los Trabajadores (Cenda).
Estos niños, al igual que miles de venezolanos, se enfrentan a la situación de no tener ni siquiera un par de zapatos, cuyos precios superan los mil 500.
“Estamos muy felices que alguien se recuerde de nosotros, solo vienen en las fechas de elecciones y luego nos olvidan”, dijo Marisol Villalobos, una integrante de la comunidad de Sabaneta.
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