La
Cuando esta pesadilla de traición y destrucción a la patria finalice, entre las tareas por hacer, está la de un monumento conmemorativo a los civiles caídos en defensa de la democracia en estos 18 años de dictadura. Pero no un mausoleo de tristeza como el Cuartel de la Montaña y su muñeco de cera, institución que debe retornar a sus orígenes gloriosos, sino uno lleno de alegría y esperanza que simbolice la jovialidad de la juventud liberadora. Ya Puente Llaguno tiene su monolito.
El santuario museo debería abarcar desde Franklin Brito, primer venezolano muerto en huelga de hambre en protesta por la expropiación de su hacienda, hasta el perrito Cross, asesinado por la GNB de un tiro en el ojo, pasando por los actos heroicos que recorrieron el mundo a través de los medios de comunicación.
Nuestros próceres de la independencia tienen su sitial en el Panteón Nacional. En realidad se trató de una guerra civil entre venezolanos matándose entre sí, hasta la muerte de Boves, cuando los llaneros se unieron a Páez, y la llegada del realista Pablo Morillo junto a 16.000 combatientes españoles.
Venezuela salió de la guerra contra España para entrar en un período de vergonzosas guerras intestinas. Desde 1830 a 1900, hubo 36 revoluciones y 730 acciones bélicas conocidas en detalle. Muchos próceres aún activos mancharon su gloria en la fratricidas y bochornosas guerras civiles que plagaron nuestra patria.
La peor de todas fue la Guerra Federal, bajo la dirección del héroe del chavismo, el cuatreo, resentido social y asaltante Ezequiel Zamora que provocó 100.00 muertes y la ruina completa del país, amén de la proliferación del caudillismo devastador. Zamora debe salir del Panteón.
Después vendría un sin número de golpes, levantamientos y asonadas militares que incluyen la intentona del innombrable que causó 200 muertes. En el llamado Porteñazo, la fotografía del cura levantando al soldado herido en la mitad de la calle ganó el premio Pulitzer y recorrió el planeta.
Durante la guerrilla, cientos de jóvenes murieron inútilmente, luchando por una causa perdida. Todas muertes militares con su daño colateral de civiles. Pero las 73 muertes recientes han sido de civiles solo armados con sus ansias de democracia y libertad. Que oiga quien tiene oídos…