lunes, diciembre 16, 2024
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Se acabó el recreo en América Latina

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La mayoría de los países de la región coinciden en que no lograron diversificar lo suficiente su matriz productiva, es decir que aún dependen en gran medida de las materias primas y sus precios

Todas las señales apuntan, y ratifican el final del período de precios altos de las materias primas, del cual en general todos los países latinoamericanos se beneficiaron. La desaceleración de China, la subida de los tipos de interés en los Estados Unidos, y ahora la recesión en Brasil, son los síntomas actuales de un cambio en el panorama económico mundial. En este nuevo escenario el papel del petróleo aparentemente será el de mantenerse con precios muy por debajo de los que tuvo en los años anteriores. 

Cada país hará su balance respectivo, ya se verá quién durante este período logró fortalecer sus bases económicas y una mayor equidad social (sostenible). En general, la mayoría de los países de la región coinciden en que no lograron diversificar lo suficiente su matriz productiva, es decir que aún dependen en gran medida de las materias primas y sus precios. En esto Venezuela es tal vez el país más vulnerable, pues no solo su matriz productiva no se diversificó más, sino que de hecho aumentó la dependencia hacia el petróleo y sus precios.

En materia social los indicadores en la región sugieren que se han alcanzado mejoras importantes, tales como disminución de la pobreza y logros en materia de salud y educación; sin embargo, la gran interrogante es la sostenibilidad de estos logros frente a un deterioro de la base económica. La crisis del 2007 tuvo impacto en el plano social, en general la reducción de la pobreza se desaceleró en América Latina, y particularmente en Venezuela se revirtió (hubo aumento de la pobreza y la indigencia). Sin embargo, esa crisis no golpeó de lleno a la región, la que se avecina hoy probablemente si lo haga.

La crisis del 2007 fue fundamentalmente financiera, y aunque tuvo efectos en la economía real (producción de bienes y servicios), las políticas de China lograron mantener a flote la economía mundial. Hoy la situación es distinta, precisamente el gigante asiático no solo es parte del origen de la crisis actual en puerta, sino que su capacidad de respuesta como motor de la economía mundial es más limitado. Por otro lado, a diferencia del 2007, el contexto actual impacta directamente el mercado de las materias primas, donde la región encuentra su principal palanca de crecimiento.

Todo lo anterior llevará a un escenario de cambios en América Latina, y aunque cada país tiene sus propias dinámicas, al final en general la mayoría converge hacia ciertas tendencias. Más allá de la corriente que profesen los gobiernos, la región acaba de pasar varios años de gobiernos de centro – izquierda (incluyendo el paréntesis en Chile), quienes sustentaron sus modelos en una economía basada en las materias primas. Al contraerse esa base económica es de esperar que el margen de maniobra social disminuya, ahí es cuando las exigencias sociales se encontrarán con el muro de la disponibilidad de recursos, de donde se derivarán conflictos sociales. Estos últimos a su vez afectarán el lado productivo de la economía, agudizando la ya deteriorada base económica. Al final, la profundidad de este ciclo dependerá de quienes hayan hecho la tarea durante el recreo; es decir, quienes realmente hayan creado bases económicas sólidas para continuar con la larga ruta hacia el progreso.    

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