Se carbonizan dentro de su casa

La familia se queju00f3 del retraso en la entrega de los cadu00e1veres en la morgue forense. (Foto: Josu00e9 Nava)

Las llamas consumieron los cuerpos de Yelitza Coromoto Quintero (36), su hija, Yelismar Gómez (8); y su esposo, Juan Carlos Gómez. Todos sobrevivieron a la candela, pero poco a poco han muerto

Los Quintero esperan el próximo deceso. La muerte ronda su casa desde el 25 de diciembre. Una fuga de gas provocó un incendio en la casa 19-71 de la calle 111 del barrio Las Banderas, en Haticos por Arriba. Las llamas consumieron los cuerpos de Yelitza Coromoto Quintero (36), su hija, Yelismar Gómez (8); y su esposo, Juan Carlos Gómez. Todos sobrevivieron a la candela, pero poco a poco han muerto.

La familia estuvo consciente por 48 horas después del siniestro, el 25 de diciembre de 2015. La niña contó a su abuelo la lucha de sus padres para salvarla. La protegieron con sus cuerpos de las flamas y en el último intento, Yelitza la lanzó hacia un rincón de la habitación, en el caída Yelismar golpeó su pierna, recordó Luis Quintero, padre, abuelo y suegro de las víctimas.

Nadie se explica cómo salieron de la casa. Corrieron hasta la carretera y pidieron ayuda. Un vecino los montó en su carro y los llevó al Hospital General del Sur y de allí a la Unidad de Quemados del Hospital Coromoto. 

“Me impresionó ver a mi hija. Quedé en shock. Su cabellera larga desapareció. Todos estaban carbonizados”, detalló Quintero en las inmediaciones de la morgue forense. Su nietecita luchó por su vida hasta el 6 de enero, tenía quemaduras de primer y segundo grado en 70 por ciento de su cuerpo. La niña morena, de ojos brillantes y cachetes rosados asombró a los médicos. “Resultó ser muy fuerte y se mantuvo todo lo que pudo. Quería vivir”.

Yelitza falleció ayer en la madrugada con lesiones en 66 por ciento de su cuerpo. Nelson comentó que murió con la firme convicción de haber salvado a su hija. “En la última conversación que tuvimos me dijo: ‘Papi, yo me quemé, pero la salvé'”.

Solo un milagro reviviría a Juan Carlos Gómez. Al obrero los médicos le dieron 24 horas de plazo para reaccionar. “Aún respira por los aparatos. Si no tiene mejoría lo desconectan”.

Quintero se resignó a las pérdidas. Confía en que la voluntad de Dios es perfecta. Debe ser fuerte, aún debe velar por los dos niños del matrimonio que sobrevivieron. “Visitaban a una tía cuando explotó la casa”.

Causas

Los Bomberos y Sagas evaluaron la residencia. La tubería de gas atravesaba la vivienda por debajo del piso, una rata aparentemente la arañó y provocó la fuga. Los Gómez Quintero creyeron que era una fuga en la cocina y la repararon. La pareja se levantó a preparar el desayuno cuando explotaron.

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