
Vecinos
Los habitantes de 100 casas del barrio 24 de Septiembre cuentan cuatro meses respirando los gases contaminados del bote de aguas negras ubicado en la calle 47 con 73.
La cloaca se obstruyó con desechos sólidos y cinco cuadras a lo largo reciben el líquido verdoso que brota a diario de su interior. Cuando el suministro de agua llega cada ocho días los baños de las viviendas huelen mal y la calle se vuelve “intransitable”. Tras meses del colapso de las aguas servidas las personas empezaron a toser y a rascarse la piel.
Luisa Peñaranda, de 48 años, relató que cerca de 70 niños en las 11 calles que conforman el barrio presentan síntomas en la piel de escabiosis y picaduras de vectores. Katti Chico de 41 años es madre de cuatro pequeños. Contó que tienen sarna desde hace dos meses y el módulo del Centro de Diagnóstico Integral no cuenta con los insumos ni medicamentos para tratar a los pacientes que alegan tener comezón persistente en todo el cuerpo. Para tratar de aliviar el “desespero” de los infantes los bañan con hierbas como mata de ratón y hojas de mapurite.
Sin respuestas
Personas de la tercera edad manifestaron sufrir de diarreas y vómitos frecuentes producto de la exposición al agua putrefacta. Para evitar la proliferación de más enfermedades la comunidad hizo una limpieza por su cuenta, pero la llegada del agua de la calle evidenció que el trabajo requería de maquinaria pesada.
Peñaranda explicó que en junio se trasladaron hacia la oficina de Hidrolago y desde entonces esperan por respuestas. Les aseguraron que la incidencia estaba registrada y debían esperar la llegada de la cuadrilla. Aseguró que hace dos meses una persona de Hidrolago llegó y solicitó una colaboración para limpiar la zona.
Para ella la vida en la comunidad es “penosa”. Para pasar la calle los niños y adultos camina haciendo equilibrio en el policía acostado. Los pequeños que solían disfrutar las tardes con los vecinos en el frente de sus viviendas deben pasar las tardes encerrados en sus casas. Temen que la navidad lleguen y no tengan apoyo de las autoridades para solventar.
Inseguridad
Carlos Finol, residente de la calle 47, indicó que las calles del barrio son “tan oscuras” que debe esconderse en sus casas desde las 7.00 de la noche porque los robos de vehículos, motos y asaltos a mano armada son frecuentes. Requieren de al menos 10 luminarias a lo largo de la calle.