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“Señor, el niño apareció. Lo asesinaron a 700 metros de la casa, en un sembradío de yuca. Después lo llamo y le explico, gracias por la ayuda, la Policía colombiana, lo está levantando”, alcanzó a decir Hilda Morantes, tía de Draison Díaz Morantes (2) a La Verdad, antes de trancar la llamada.
Al niño se lo llevaron de su casa el pasado domingo y ayer, a las 12.00 del mediodía, encontraron su cadáver a unos metros de su residencia, en el sector campesino Playa del Socorro-Río Tarra del municipio Jesús María Semprún. Estaba en avanzado estado de descomposición y semidesnudo.
La investigación la inició la Policía de Tibú, Norte de Santander de Colombia. Hasta ahora se desconoce con exactitud las causas de la muerte y quién o quiénes participaron en el asesinato. Los oficiales presumen que lo violaron y luego lo mataron. Sin embargo, pidieron a la familia esperar los resultados de la necropsia.
Calvario
La angustia para Sandra Morantes, madre de Draison, empezó a las 11.30 de la mañana del domingo cuando regresó de lavar su habitación y no lo consiguió en el chinchorro donde lo dejó dormido. El niño quedó al cuidado de sus hermanitos.
La mujer no tenía a quién acudir. Su marido, Nelson Díaz Moreno, viajó a Colombia, y el resto de los trabajadores no sabían nada del pequeño. Pidió ayuda a Freddy Guevara, concejal del PSUV en la población de Casigua El Cubo, y la llevó a la comandancia.
Se inició el rastreo del niño, pero no tuvieron noticias hasta ayer. Entre el matorral no hubo testigos. La mujer no sospecha de nadie.