La Policía investiga el atentado como una venganza. Morales se desempeñó como jefe de la Brigada de Secuestro y la Brigada de Inteligencia de la Policía científica. Egresó del cuerpo de investigaciones el 15 de julio de 2014
En la calle 95A de la parroquia Francisco Eugenio Bustamante emboscaron al comisario José Ramón Morales Pineda (49), funcionario jubilado de la Policía científica; y a sus acompañantes. Los desconocidos le dispararon para obligarlo a detenerse, el chofer de la camioneta Cheyenne vino tinto, placa A24AJ3L, supo esquivar las balas y condujo desde el barrio Nueva Independencia hasta una clínica, en el sector Amparo.
La camioneta la estacionaron cerca de la sala de urgencias. Desde lo lejos se contabilizaban 10 perforaciones de proyectiles en el vidrio posterior, en la carrocería y el retrovisor. Tanto Morales como sus acompañantes, un comisario de nombre Carlos, ingresaron con vida al centro asistencial.
Ninguno de los familiares ni los oficiales declararon sobre el caso. En los pasillos de la clínica, los conocidos comentaban entre sí que a Morales los proyectiles le atravesaron las costillas y ameritaba una operación, mientras a su compañero una bala le rozó el hombro y estaba fuera de peligro.
“Entró en crisis de nervios. Pidió que llevaran a los comisarios a su habitación, gritaba desesperado que lo querían matar. Nos pidió que cerráramos la casa y nos fuéramos de allí por un tiempo”, comentaba una joven, mientras hablaba por teléfono en la puerta de la emergencia.
La Policía investiga el atentado como una venganza. Morales se desempeñó como jefe de la Brigada de Secuestro y la Brigada de Inteligencia de la Policía científica. Egresó del cuerpo de investigaciones el 15 de julio de 2014. Hasta el cierre de esta edición se desconocían los motivos del ataque.