La noche de este miércoles 3, jueves 4 y viernes 5 de diciembre no pasará inadvertida para nadie que mire al cielo. La última luna llena del año cerrará el calendario astronómico con un evento que difícilmente se repetirá en décadas.
Los servicios astronómicos internacionales ya anticiparon que la luna llena de diciembre, llamada también luna fría en el hemisferio Norte, será la superluna más extrema del período 2024-2025 y la última con estas características hasta 2042.
La magnitud del fenómeno combina tres factores que pocas veces coinciden: un perigeo muy cercano, un brillo inusual y una posición extrema dentro del ciclo lunar de 18,6 años conocido como “standstill”.
A qué hora observarla
El satélite alcanzará su plenitud este jueves 4 a las 7.14 de la noche (hora de Venezuela). Sin embargo, también se puede disfrutar desde la noche este miércoles y hasta la del viernes.
En el hemisferio sur se verá muy baja sobre el horizonte, con tonalidades doradas o rojizas causadas por la refracción atmosférica y la ilusión lunar
En el hemisferio norte se colocará muy alta en el cielo y permanecerá visible durante más tiempo, un contraste que surge de la mecánica celeste que gobierna el fin del año lunar.
Su atractivo no se restringirá a la observación casual. Las condiciones atmosféricas y la coincidencia entre plenitud y perigeo abrirán una oportunidad extraordinaria para astrofotógrafos.
La luna se acercará a 357.219 kilómetros, distancia que aumentará su tamaño aparente un 8 % frente a una Luna llena promedio y su brillo alrededor de un 16 %.
Este incremento no transforma el paisaje nocturno de manera abrupta, pero sí permite capturas más nítidas y detalladas, sobre todo en cielos fríos y secos.
Combina ciclos largos y posiciones extremas
La explicación de este carácter “extremo” surge de un proceso poco conocido fuera de la astronomía académica. La órbita lunar no solo es ovalada, sino también inclinada y sometida a movimientos de largo plazo que modifican la altura máxima y mínima que la luna alcanza en el cielo.
Cada 18,6 años ocurre un “standstill”, un ciclo que marca sus posiciones más amplias hacia el norte y hacia el sur. Durante 2024 y 2025 se desarrolla un “standstill” mayor, la etapa en que las declinaciones de la luna se vuelven más pronunciadas.
Dentro de ese marco, la Luna llena de diciembre de 2025 aparece en el punto más extremo del ciclo: su ubicación será la más alta del año en el hemisferio norte y la más baja en el hemisferio sur. Esa diferencia no surge de cuestiones locales, sino del ballet orbital tierra-luna-sol que modifica ángulos y trayectorias.
Por esta razón, diciembre de 2025 marca un límite temporal. La próxima luna llena con una configuración comparable recién llegará en 2042, cuando el “standstill” vuelva a ubicar al satélite en posiciones extremas junto con un perigeo muy cercano.
Hasta entonces habrá superlunas, pero ninguna contará con esta combinación de altura, brillo, cercanía y sincronización con el ciclo de 18,6 años.
A esta dinámica se suma otro elemento determinante: la forma ovalada de la órbita lunar. La luna completa su vuelta alrededor de la tierra en un camino que varía entre su punto más cercano (perigeo) y su punto más lejano (apogeo). No recorre siempre la misma trayectoria debido a la precesión de su órbita y a la influencia gravitatoria del sol.
Este juego orbital hace que la coincidencia exacta entre perigeo y luna llena resulte poco frecuente. Solo cuando ambos eventos ocurren en simultáneo se forma una superluna.
Fuente: Infobae
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