Sectarismo de los CLAP alimentará la violencia

En varias ciudades las comunidades han recurrido a la violencia para obtener alimentos. (Foto: Archivo)

Lograr comprar alimentos cambia de semanal a quincenal, de acuerdo a la distribución de los comités organizados por consejos comunales Soberanía alimentaria que garantiza alimentos está desvanecida por “insuficiente” producción nacional

La exclusión pone tintes “peligrosos” a la sociedad. Hacer compra de bienes esenciales se transforma a un sistema de distribución selectivo, en el que están los “más aptos y quienes tienen protección institucional” y deja ver “debilidades” en la garantía de seguridad alimentaria, advirtió Blanca Luna Méndez, socióloga y analista de gestión de políticas públicas, al analizar las desigualdades en el abastecimiento. 

Las familias pasaron de adquirir comida vigilada por captahuellas a sortear una bolsa bajo la administración del Gobierno, aderezado por un Estado “fallido que no responde al cuerpo normativo y donde pueden surgir riesgos por alternativas violentas”. Y es que “la garantía de derechos de las personas y de las instituciones va cediendo y queda un escenariopeor”, resaltó al destacar los saqueos, protestas y ataques a supermercados.

Con la instalación de los CLAP afloran más cuestionamientos que soluciones efectivas a la falta de productos. Los Comités Locales de Abastecimiento y Producción llegan para desconectar los sistemas electrónicos que presumían ser el freno al “bachaqueo”.

“La gran inquietud es cuan eficiente puede ser el esquema para que lleguen a todo el mundo los alimentos, partiendo de la premisa de que la producción es insuficiente”, cuestionó Gustavo Machado, economista. Venezuela carece de divisas para importar materia prima y dar de comer a la población. Se invoca es “concentrarse en producir más” para contener la escasez, que en definitiva es la causa de los “problemas de abastecimiento”. 

Con la “insuficiente” producción nacional, eje donde gravita uno de los “problemas” de los alimentos, obtener comida se convirtió en hecho de desigualdades, remarcado ya por los estratos sociales. Se muestra a un Estado incapaz de responder a las necesidades de los venezolanos, reflexionó Blanca Luna Méndez.

Ahora se le impone a la sociedad pasar de una medida que permitía acceder a los supermercados una vez a la semana para obtener abasto, a un censo y distribución quincenal ideada para que el poder popular, constituido en consejos comunales, sea el repartidor. Se salta de compras con tarjetas bancarias, de jornadas de ventas directas a empresas, de restricciones en cantidades a lo que ordene un grupo, emergiendo así “más formas de exclusión social hoy en día. Eso es grave”.

Méndez lamentó que a quienes no lleguen las bolsas ni tengan medios para abastecerse “no van a tener manera de ingresar al abastecimiento sino a través de la violencia”. Pretender lograr una distribución organizada se cultiva desde lo educativo y “no de un día para otro”, se requieren de “muchos años”, tarea que a su juicio no se logró porque “hoy no estuviéramos en esto” .

Datos

En Zulia se estiman la instalación de dos mil 500 CLAP.

Gobernación del Zulia aseguró que hay operativos 100 comités y censados más de 900.

A dos años de los captahuellas se reingenia el plan de distribución de productos. 

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