Semana de paz y reconciliación

En esta Semana Santa, el tiempo es  propicio para acudir a la eucaristía. Esa celebración que fue establecida aquel Jueves Santo por Jesús en la Ultima Cena, es el momento ideal para que sigamos el camino de la verdad y la vida eterna

La Semana Santa o Semana Mayor, como también se le conoce, es el período final luego de la Cuaresma. Esa etapa que marca la pasión, la muerte y la resurrección de Cristo, siempre nos invita a la reflexión, a la búsqueda de la paz y la reconciliación como hermanos.

Vivimos tiempos difíciles en todos los ámbitos, donde la esperanza parece quebrantarse por todas las situación que a diario suceden. Es importante refugiarse bajo el amparo del Altísimo, buscar su palabra, su fortaleza y que sea Él quien nos guíe a tomar las mejores decisiones en estos momentos.

Su Santidad, el Papa Francisco, en su mensaje anual con motivo de la Cuaresma, ha hecho énfasis en el libro de Mateo, capitulo 24, versículo 12, que dice: “Al crecer la maldad, se enfriará el amor en la mayoría”.

Las fuertes guerras en el mundo, los problemas políticos y sociales han hecho despertar en los hombres y mujeres sentimientos en contra de la voluntad de Dios. Esta semana es propicia para la reconversión, para el perdón de nuestros pecados, no se puede perder la esencia de esta época, que con el paso del tiempo se ha ido apagando por vanidades sin recordar su verdadero significado.

El amor es la fuerza que mueve el mundo, “amarás a tu prójimo como a ti mismo” nos recuerda Jesús en el mismo libro de Mateo. No podemos ir en contra de estos principios, sobre todo en estos tiempos donde necesitamos estar unidos como cristianos y creyentes, ayudando al que más lo necesita.

En esta Semana Santa, el tiempo es  propicio para acudir a la eucaristía. Esa celebración que fue establecida aquel Jueves Santo por Jesús en la Ultima Cena, es el momento ideal para que sigamos el camino de la verdad y la vida eterna. “Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios”. (Apocalipsis 19:9).

Debemos saber que Jesús en la cruz, se ofreció a si mismo limpiar nuestros pecados a cambio de descender al abismo de la muerte, al resucitar Él vence los pecados y los elimina para darnos una nueva vida y una esperanza tal como lo explica San Pedro: “Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en su gran misericordia, nos hizo renacer, por la resurrección de Jesucristo, a una esperanza viva, a una herencia incorruptible, incontaminada e imperecedera”. (1 Pe 1:3-4)

Este regalo divino que Jesús nos ha otorgado, nos permite reflexionar sobre las oportunidades que nos brinda el creador para disfrutar cada momento de esta corta vida. Ese acto unificador que para nosotros los cristianos representa la resurrección, es un compromiso a asumir una vida bienaventurada, bajos los preceptos cristianos.

Solo el hombre tiene el poder de salvarse a sí mismo. Esa es la esperanza que nos brinda la resurrección. Bien lo dijo el profeta Daniel: “Todos los que duermen en el polvo despertaran: unos para la vida eterna, otros para el eterno castigo”. (Dn 12:2)

Desde la Parroquia Universitaria “San Juan Crisóstomo y San Juan Pablo II” elevamos plegarias por la paz y la unión nacional,  por nuestros jóvenes universitarios, para que puedan cumplir sus sueños y sus metas y por todos los venezolanos, para que Dios derrame infinitas bendiciones y nos ampare siempre.

Visited 6 times, 1 visit(s) today