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Una de las grandes virtudes de la Venezuela democrática era que estaba constituida por un pueblo heterogéneo que no poseía odios de raza ni diferencias de credos y que mostraba una tolerancia política envidiable. Quizás por estar aun en la búsqueda de la identidad no encontrada, aceptaba con una mentalidad abierta todo lo que viniera de afuera.
Todo bien, hasta que llegó Chávez a imponer su odio de clases “los ricos roban a los pobres”, su xenofobia “lárguense extranjeros explotadores, gringos de m…”, su siembra de rencor entre hermanos “o estás conmigo o eres mi enemigo”, y su racismo “los judíos mataron a Cristo y desde entonces se han ido engulleciendo de riquezas y causando pobreza e injusticias alrededor del mundo”.
Sus ofensas, vulgaridades, revanchismo, humillación, burlas e insultos a quienes lo adversaban; su tirria contra quienes tuvieran éxito, su infinita capacidad para mentir y engañar, su cinismo para justificar la ineficacia, la corrupción y el derroche de su Gobierno, su hostilidad contra el mundo civilizado, su alineamiento con terroristas, narcotraficantes y personajes que tienen como fuente vital el resentimiento, crearon el nuevo hombre socialista a imagen y semejanza.
En el orden político, acabó con la gaita protesta que alegraba las elecciones y que era bienvenida en cualquier grupo partidista oficialista o de la oposición y cuyos partidarios aceptaban las críticas con humor y tolerancia. La imposición del partido PSUV único dictatorial acabó con la condescendencia y convirtió a sus vasallos en focas pusilánimes, aduladoras y peligrosamente resentidas.
Pero el daño peor fue el de inculcar que el pobre podía robar si padecía hambre. Esa aberración degeneró en el pram carcelario, fomentado por la ministra de prisiones, la misma quien tuvo el tupé de declarar “creo que la gesta de Chávez trascenderá más que la propia gesta protagonizada por nuestro amado Libertador”.
Venezuela, convertida en uno de los países con mayor criminalidad en el mundo, donde solo nueve por ciento de los homicidas son detenidos, donde asesinan a más de 100 policías por año. Ese es el hombre nuevo socialista creado por la revolución bolivariana en estos 17 años. Que oiga quien tiene oídos…