El Senado español apoyó este miércoles 18 de diciembre una moción del conservador Partido Popular (PP) para apremiar al gobierno del socialista Pedro Sánchez a reconocer de manera “inequívoca” al líder opositor Edmundo González Urrutia como presidente de Venezuela, a menos de un mes para la asunción del jefe de Estado, prevista para el 10 de enero.
La iniciativa fue aprobada con el respaldo del ultraderechista Vox, los nacionalistas vascos y los independentistas catalanes.
El abanderado de la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), exiliado en Madrid tras competir por la Presidencia y denunciar fraude electoral en los comicios del pasado julio, ha manifestado en diversas ocasiones públicamente su voluntad de regresar a Venezuela para asumir como presidente a riesgo de ser detenido.
El dirigente opositor, quien esta semana recogió el premio Sájarov que concede el Parlamento Europeo, ha sido reconocido como presidente legítimo de Venezuela por el Congreso y el Senado españoles, el Parlamento Europeo y algunos gobiernos, pero no por Sánchez ni tampoco el de la Unión Europea.
No obstante, una treintena de naciones, entre ellas España, firmaron en septiembre una declaración conjunta para lograr una transición democrática en Venezuela y en la que se dejaba constancia que, con la documentación “disponible”, el candidato de la oposición había ganado las presidenciales.
La moción aprobada plantea diseñar una respuesta para implicar a las instituciones europeas en recuperar en Venezuela “el modelo democrático” y exigir la liberación de los presos políticos.
El texto no incluye una propuesta para que el Gobierno solicite una orden de arresto de Maduro, como aprobó el Congreso hace unos días.
La oposición venezolana ha mostrado actas que confirmarían una contundente victoria de González Urrutia sobre Nicolás Maduro, a quien el Consejo Nacional Electoral (CNE) dio como ganador de los comicios sin presentar pruebas que lo acrediten fehacientemente.
En una reciente entrevista con EFE el aspirante presidencial insistió en su intención de regresar a Venezuela “a partir del 10 de enero” pese a admitir un posible riesgo de detención.
“Con temor no se va a la guerra. Yo no voy a una guerra, pero sí voy a la recuperación de la democracia venezolana y voy con mucho esfuerzo y con mucha voluntad para recomponer la legalidad democrática en Venezuela”, puntualizó el exembajador a EFE antes de recoger el Sájarov a la libertad de conciencia en la sede del Parlamento Europeo en Estrasburgo (Francia).
Fuente: EFE
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