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Más allá de que represente un torneo de envergadura continental, y con más de sesenta años de existencia, la Serie del Caribe sigue siendo un espectáculo en constante decadencia, en todos los sentidos, y la recién finalizada edición 2016, organizada en República Dominicana, no escapó de ello.
Aún cuando los esfuerzos han sido múltiples para tratar de generar y consolidar un evento atractivo a las masas, rentable, agradable y competitivo desde lo deportivo, la verdad es que la Confederación del Caribe no ha encontrado la fórmula que resuelva este gran enigma de la pelota invernal, que, aparte del sólido crecimiento en el terreno de las representaciones mexicanas, ganadoras de cuatro de los últimos seis clásicos, no han presenciado más que eventos sin encanto.
Lo que pareció un mal erradicado en los torneos de 2014 y 2015, volvió a hacerse presente en las gradas del Estadio Quisqueya Juan Marichal, que lucieron en su mayoría vacías durante los siete días de acción que tuvo el campeonato, que apenas logró animar a 24 mil 319 personas para disfrutar de los 13 juegos establecidos en su programa, es decir, una media de tres mil 741 por jornada, o de mil 871 por juego, según usted prefiera.
Números que reflejan un alarmante descenso del 65 % en la asistencia total, comparada con la del año pasado (68 mil 881) realizada en Puerto Rico; y escandalosa respecto a la del 2014 (101 mil 783) celebrada en el Stadium Nueva Esparta.
Ni una novedosa y atractiva idea como el Derby de Jonrones, del que fue ganador el cubano Félix Pérez, pudo salvar al evento dominicano de su fracaso; que valga decir, tampoco contó con la ayuda de MLB y el Sindicato de Peloteros de Grandes Ligas (MLBPA, por sus siglas en inglés), que pidió 1.5 millones de dólares como seguro de protección para que Miguel Cabrera, David Ortíz y Robinson Canó participaran en el primer Derby de Jonrones en la historia de la Serie del Caribe.
”En el terreno tuvimos una gran serie, pero en el aspecto organizativo hubo muchos desfases que necesitamos corregir urgentemente”, dijo a ESPN Juan Francisco Puello Herrera, presidente de la Confederación de Béisbol del Caribe (CBPC).
”Hay muchas cosas que deberían ser estandarizadas para todas las sedes. Admito que hemos descuidado ese aspecto, pero mi próxima misión es convocar una reunión para conseguir la autorización de las ligas para que la oficina de la Confederación del Caribe tenga un rol más activo en la supervisión del programa obligatorio que deben cumplir los organizadores de la Serie del Caribe”, añadió, al ser cuestionado sobre la comodidad del recinto quisqueyano, del cual tanto la afición, como equipos y miembros de la prensa se quejaron.
Y admitió: “El estadio Quisqueya no tiene condiciones para montar adecuadamente la Serie del Caribe. No tengo la menor duda de que con una instalación cómoda, los aficionados apoyarían más todos los eventos que se hagan en Santo Domingo”.
Ese, así como el nuevo estatus del equipo de Cuba, que hasta la recién finalizada edición participó en calidad de invitada, son algunos de los puntos en agenda.
Cuba se despide
Respecto a la delegación cubana, el presidente de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional, Oscar Prieto Párraga, aseguró que no recibirán más invitaciones para participar.
“Cuba no ha solicitado formalmente la incorporación como miembro pleno de la Confederación, ya les dijimos que si seguían participando en la serie, tenían que hacer la solicitud porque ya no vamos a hacer más invitaciones”, confesó el mandamás de la LVBP al diario Las Américas.
Algo que representaría una nueva pausa en las actuaciones de los equipos antillanos, que antes de regresar a jugar como invitados para la justa de 2014, realizada en la Isla de Margarita, se mantuvieron sin participar desde 1961. También obligaría a la reactivación de las negociaciones entre ambas partes, luego de un infructuoso encuentro en 2008.
Con todo un año por delante para resolver los varios tópicos pendientes, el máximo dirigente del béisbol en el Caribe, Juan Francisco Puello Herrera, espera que las cosas cambien para mejor en 2017 con México como sede.
”México ya está trabajando en todos los aspectos de la próxima serie. Con un año de adelanto ya tienen todo casi cuadrado. Esa es otra razón para mejorar las probabilidades de salir airoso”, dijo.
En cifras
24 mil 319 personas asistieron a los 13 juegos de la Serie del Caribe. El Estadio Quisqueya Juan Marichal tiene capacidad para 11 mil 379 espectadores.
3 mil 741 asistentes hubo (en promedio) por cada jornada (de dos juegos, a excepción de la final) en el parque de Santo Domingo. (33 % del aforo).
53 años se mantuvo el representativo de Cuba sin participar en la Serie del Caribe. Regresó como invitado desde 2014.
2008 fue el año en que por última vez la Federación Cubana de Béisbol solicitó su incorporación a la Confederación de Béisbol Profesional del Caribe (CBPC).
1.5 millones de dólares exigió como seguro de protección el Sindicato de Peloteros de Grandes Ligas (MLBPA, por sus siglas en inglés) para el Derby de Jonrones de la Serie del Caribe.