Madres
“Si yo como, no le puedo dar comida a mi hijo, y si le doy comida, yo no como”, lamentó Maryori Ferrer, madre de un bebé de un mes de nacido. La familia sufre las consecuencias de la escasez de leche maternizada, pañales y medicamentos en el Zulia.
Ante esta situación, el movimiento de madres zulianas Por Amor a Nuestros Hijos marchó hacia la Residencia Oficial del gobernador del estado Zulia demandando la implementación de alternativas para obtener los productos fundamentales para el cuidado de los infantes.
Ferrer, con su hijo recién nacido en brazos, marchó junto con el resto de las madres y relató que como madre soltera y sin apoyo familiar, se ve en la necesidad de llevarse al niño para hacer las colas. Esta semana fue víctima de los atropellos en un supermercado de Maracaibo. Denunció que en vez de recibir ayuda de los efectivos de la Guardia Nacional, ellos la expulsaron de la cola, mientras que los “bachaqueros” salían y se ubicaban en las adyacencias del local a vender los productos recién adquiridos a altos costos. “No hay respeto de las leyes y nuestros hijos pagan los platos rotos”.
Peticiones
Paola Barrios, coordinadora del movimiento, explicó que desde principios de año son testigos de la desaparición de los rubros fundamentales para la alimentación y cuidado de sus pequeños. El pasado 6 de abril hicieron el primer llamado, pero fueron ignorados por el Ejecutivo regional. En esta oportunidad, un grupo de 50 madres acompañadas por sus hijos marchó desde la plaza de La República hasta la casa del gobernador Francisco Javier Arias Cárdenas para pedir alternativas.
Señaló que desean ser censadas con la partida de nacimiento original, pero que esta vez sea verificado el proceso por la Intendencia de Maracaibo para evitar que las personas con partidas falsificadas tengan preferencia en las colas de los locales comerciales.
“Bachaqueo”
Barrios recalcó en sus denuncias que las autoridades regionales deben poner “mano dura” en la malversación de los productos en los supermercados. Aseguró que, para entrar con rapidez, las personas denominadas “bachaqueros” solicitan el pago de un pase por dos mil o tres mil bolívares. En el caso de no contar con el dinero, les exigen una cantidad de los víveres de la cesta básica que compren. Cuando no tienen éxito, recurren a las mesas de los mercados populares donde ofertan un paquete de pañales de 20 unidades por cinco mil bolívares, lo que solo alcanza para una semana.
El precio aumenta de acuerdo al número de unidades, el tamaño y la marca. Las fórmulas maternizadas de 900 gramos, aparecen a la vista de las compradoras por 16 mil bolívares. Lo que equivale a cuatro días de alimento para un solo niño. Aunque la consideran de “dudosa procedencia”, la desesperación las lleva a comprarla. Cuando las cuentas no dan, porque las cabezas de familias que subsisten con el salario mínimo de 15 mil 51 bolívares, optan por mezclar leche completa con frutas y reutilizar pañales de tela.
Si esta vez no reciben respuestas serán “más contundentes” en las próximas manifestaciones. La Intendencia de Maracaibo y la sede de Protección de Niños, Niñas y Adolescentes serán las próximas instancias a las que acudirán para conseguir apoyo.