Édward José Barrueta trabajaba como conductor para damas de compañía. La relación con una de sus clientes habría ocasionado su asesinato. La Policía científica solicitó una orden ante el tribunal para revisar las cámaras de segurida del centro comercial, en la avenida El MIlagro. Aún rastrean el Arauca, gris
Las experticias e interrogatorios se mantienen tras el homicidio de Édward José Barrueta Vílchez (29). Los oficiales esperan que Anis Alfredo Reyes (40), único taxista sobreviviente, se recupere y aporte detalles del atentado frente al centro comercial, en la avenida 2 El Milagro. Todo indica que se trate de un crimen pasional, los sicarios se concentraron en destrozar a balazos el pene de su víctima.
Quienes conocían a Barrueta explicaron que el taxista “le hacía carreritas a prepagos”. Presumen que se vinculó afectivamente con una de sus clientas y por eso ordenaron su asesinato.
Los detectives del Eje de Homicidios investigan todas las pistas. Uno de los policías detalló que entrevistaron a Reyes y a tres compañeros más que estaban en el lugar, la noche del lunes, durante la balacera. Solicitaron, además, los videos de las cámaras de seguridad cercanas para obtener más información del vehículo donde llegaron los homicidas.
Sin respuestas
Los familiares no salen del asombro y no logran comprender el ensañamiento contra Édward, a quien no le conocían enemigos ni problemas.
La esposa del infortunado llegó a la morgue forense y acotó que a las 8.30 de la noche fue la última vez que habló con su esposo. En la llamada, Barrueta le dijo que haría la última carrera de la noche, luego iría a la panadería y compraría el pan para la cena. Una hora más tarde la familia conoció de su asesinato.
Los Barrueta tenían programado para ayer el parto de la dama, es el cuarto hijo de la pareja y el primer varón, por lo que estaba muy emocionado.
En la casa 2B-74 del barrio Cerros de Marín, Iraida de Barrueta, abuela del infortunado, contó que su nieto pasó seis meses sin trabajar como taxista, debido a un choque que sufrió en enero, solo llevaba tres días desde que pudo reparar completamente el auto y retomó el trabajo en la línea de taxi.