Sicarios ejecutan venganza contra el "Chamuco"

Las balas traspasaron la puerta y la carroceru00eda del lado del conductor

A Edilberto Antonio Carvajal Pérez (32) lo acribillaron dentro de su camioneta en Panamericano. Uno de sus dos acompañantes quedó herido. Los detectives le contabilizaron 10 heridas de bala a la víctima. Aunque los pistoleros dispararon una veintena de veces en contra de la  Avalanche, negra

Lloraron, se abrazaron, evocaron los mejores momentos, cuestionaron los motivos y las circunstancias, pero ya no había nada por hacer. A Edilberto Antonio Carvajal Pérez (32), su querido "Chamuco", lo habían matado. Los sicarios le dispararon cuando viajaba junto con dos amigos, Juan Carlos y Luis Báez, en su Avalanche, negra, placa A43BA3E.

La ráfaga de tiros retumbó ayer, a las 3.30 de la tarde, en la avenida 73 con calle 75 del sector Panamericano II, parroquia Caracciolo Parra Pérez de Maracaibo. En cuestión de minutos, sacaban de la camioneta a los sobrevivientes, las patrullas cerraban la vía, mujeres y hombres lloraban y unos oficiales rescataban el cadáver del vehículo. 

Pocos se atrevieron a hablar, pero todas las versiones coincidían. Una camioneta, negra, seguía al comerciante de duro fríos. Se alinearon a un costado de su Avalanche y dos de los pasajeros dispararon al menos una veintena de veces. El chofer aceleró y escapó con los sicarios.

El "Chamuco" herido perdió el control de su camioneta y se estrelló contra una venta de parrillas, en la avenida 73 con calle 75. Agonizó frente al volante hasta morir. Los detectives de la Policía científica le contabilizaron unas 10 heridas de bala. Los proyectiles atravesaron la carrocería y se alojaron en su cuerpo y en el de Juan Carlos Báez, a quien auxiliaron e ingresaron en el Hospital Universitario. Su estado de salud se desconoce, dijo uno de los testigos.

El crimen se investiga como una venganza. Aunque los familiares no le conocían enemigos a Carvajal. Explicaron que compró insumos para su fábrica, en la urbanización La Victoria, y conducía rumbó a su negocio, cerca del Planetario, en la Troncal del Caribe, cuando lo interceptaron.

En los 45 minutos que duró la inspección de la Avalanche y la escena del crimen, los curiosos abarrotaron la calle. Todos querían detallar de cerca al occiso y los agujeros de la camioneta.

 

 

 

 

 

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