El grupo de empleados denunciaba a las afueras de las instalaciones para denunciar el cierre ilegal del local en el que laboran al tiempo que reclaman respeto a su derecho para trabajar
Una concentración pacífica de al menos 60 trabajadores de un restaurant ubicado en la avenida Bella Vista, se tornó violenta tras la “actuación arbitraria y desproporcionada” de la Policía Regional, en una calle aledaña a la Residencia Oficial del gobernador del Zulia, Omar Prieto.
Los trabajadores exigían ser recibidos por el gobernador para que se permita la reapertura del local que se mantiene cerrado de forma ilegal y que está violentando su derecho al trabajo.
Desde el 5 de marzo una comisión cerró el local ubicado en la avenida 3Y con la avenida 3-1. Desde entonces se les exigió actualizar los permisos lo cual han hecho, pero sin recibir por partes de las instituciones, las autorizaciones impresas.
Aun siendo una concentración pacífica, un contingente de la Policía Regional se apersonó al lugar, ordenando el desalojo de la calle, sin ofrecer soluciones. Su actuación desproporcionada resultó en la detención de cinco trabajadores identificados como José Figueredo, Víctor Núñez, Omar Morillo, Adesey Martínez y Ever Martínez.
El personal se mantiene detenido en la Secretaría de Seguridad Ciudadana.
Exigencias
Más temprano, el gerente del local, Víctor Núñez, informó que se dirigieron a la Residencia Oficial porque ya han acudido a todas las instituciones pertinentes a cumplir con las instrucciones exigidas y no reciben los comprobantes impresos de la culminación del proceso.
“Nos dicen que no tienen una orden superior para entregarnos los documentos. Unos más directos dice que el papel está en su escritorio, pero no tienen autorización para entregarlos. Entonces ¿a quién vamos a acudir? Por eso estamos, exigiéndole al gobernador respuestas”.
A su juicio, la medida del cierre del local donde trabajan, es “injusta” y está “violentando” su derecho al trabajo. Son al menos 60 trabajadores de esa sede que representan 60 familias o más que quedan sin sustento, sin medicinas, sin posibilidad de mantenerse.
Por su parte, Nairoby Fajardo, mesonera desde hace nueve años en el restaurant, aseguró que los trabajadores de la empresa son personas que no se quieren ir del país, personas que apuestan al trabajo en Venezuela y que sienten perder sus beneficios por el cierre del local.
“Queremos trabajar. Esto no puede ser. El Gobernador es el que tiene que dar respuesta sobre esto”.
Los trabajadores reciben sus salarios aun estando cerrado el local, pero sin atender al público pierden bonos de productividad, bonos de asistencia y propinas, que en la crisis humanitaria actual, son de importante aporte a su economía familiar.