Silence presenta el lado más intimista de Scorsese

Protagonizada por Andrew Garfield, Adam Driver, Liam Neeson y el japonés Tadanobu Asano, en la película Scorsese traslada física y mentalmente al espectador al Japón del siglo XVII, a la persecución de los curas católicos que trataban de evangelizar al país

Martin Scorsese recuperó  en Silencie su lado más espiritual, intimista y hasta místico, pero con una narración épica en la que la fe es el centro de una historia que el realizador estadounidense tardó casi 30 años en poder llevar al cine.

Protagonizada por Andrew Garfield y con la participación de Adam Driver, Liam Neeson o el japonés Tadanobu Asano, en Silence Scorsese traslada física y mentalmente al espectador al Japón del siglo XVII, a la persecución de los curas católicos que trataban de evangelizar el país y, sobre todo, a la lucha interior del padre Rodrigues (Garfield).

"Leí el libro en 1989 y a continuación hice Goodfellas, donde desarrollé un estilo muy veloz, con imágenes a todo trapo. De ahí pasé a Casino, para ahondar en ese estilo, y cambié de tercio para encontrar una nueva manera de expresarme visualmente con The Ageg or Innocence. Después, volví a cambiar para The Wolf of Wall Street. En todo ese periodo, mi manera de ver el mundo y mi manera de contar una historia sencillamente se encontraron".

Así lo explicaba Scorsese en la presentación en Nueva York de una película que necesitaba una forma de narrar especial, una mezcla de intimismo y grandiosidad que le permitiera mostrar el contraste entre la violenta persecución, tortura y asesinato de los sacerdotes y la búsqueda interna de la fe, tanto de los curas como de los creyentes japoneses.

Una adaptación para el cine de la novela homónima de Shusaku Endo publicada en 1966 y que cuenta la persecución de los cristianos ocultos, los llamados kakure kirishitan, herederos de los más de 300 mil japoneses convertidos tras las introducción de esta religión en Japón por el misionero español Francisco Javier en 1549.

Silencie se centra en la llegada a Japón de dos jesuitas portugueses, Rodrigues y Garupe (Driver) que buscan al padre Ferreira (Neeson), su mentor, desaparecido tras ser apresado por los japoneses.

Rodada en unos espectaculares paisajes de Taiwán, la película alterna preciosistas planos con muchos momentos íntimos y silenciosos que muestran el doloroso proceso de unos sacerdotes que luchan contra el abandono por parte de su dios.

Aclamada por la crítica, que la considera la mejor película de Scorsese en años y superior a sus anteriores incursiones en el mundo religioso -The Last Temptation of Christ o Kundun-, los premios dieron, sin embargo, la espalda al realizador hasta ahora.

Ignorada en los Globos de Oro, que se consideran el primer test importante antes de los Oscar, Silencie fue incluida en las mejores películas del año por los críticos de Boston o por el American Film Institute, pero no consiguió nominaciones en los principales galardones.

A la espera de las nominaciones para los Oscar -que se anunciarán el 24 de enero-, las opciones de premios más claras parecen las de Garfield, que este año ha destacado en Silencie y en Hckisaw Ridge, la película de Mel Gibson en la que también interpreta a un personaje muy religioso.

O para el mexicano Rodrigo Prieto, director de la impresionante fotografía de una película en la que la estética es esencial para que el espectador se contagie de la espiritualidad de la historia.

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