Según
La anhelada, romántica, misteriosa y amorosa luna de miel como etapa avanzada del amor entre una emperifollada dama y un apuesto caballero, no depende como creían nuestros fogosos abuelos de la cantidad de miel que tenga la luna. En estos momentos de crisis turbulenta, este espacio apasionado y ardiente también está estrechamente relacionado con la cantidad de Anticonceptivos que se encuentren en el mercado farmacéutico, debido a que tan almibarado período por no tomar las debidas precauciones del idílico caso, puede sufrir variaciones intensas, profundas y de alto riesgo con la llegada imprevista de los amados vástagos.
El enamoramiento es muchas cosas a la vez, pero por encima de todo es un trastorno digestivo, emocional y acorazonado entre dos que se aman hasta la locura, por lo que creemos conveniente dejarle estos tiernos entuertos a los científicos en materia de amor. Lo que sí compete a nuestro noble ejercicio periodístico, es destacar que en este país hasta el más sencillo y puro romance, impregnando con mágicas relaciones sexuales se estrella con la dura y cruel realidad objetiva, al evidenciar con el primer beso dado con gusto o robado, al descuido que no hay Anticonceptivos. Desde hace más de cuatro meses es manifiesta la ausencia de estos recursos femeninos y masculinos tan cercanos al amor con temblor y otras excentricidades.
No hace falta estar enamorado con loco frenesí, para saber que en Venezuela existe escasez en todos los ámbitos; desde alimentos, medicamentos, repuestos, materiales de construcción, hasta bienes y servicios en general, agudizándose la situación en los hospitales públicos. Según datos aportados por la FMV, el 95 por ciento de las infraestructuras de Salud, funciona sólo con cinco por ciento de los insumos médicos, careciendo fundamentalmente de preservativos, píldoras y anticonceptivos vaginales, necesarios para la libre práctica amorosa.
En estas circunstancias es muy peligroso sucumbir a las tentaciones de amar a cielo abierto sin límites y sin Anticonceptivos, porque producto de la falta de organización y planificación gubernamental en el sector Salud, las consecuencias a futuro son la amenaza de contraer enfermedades sexuales o cargar antes de tiempo con un bebé, sin pañales y sin leche.