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Familiares de los asesinados en la cuádruple matanza de 1 de Mayo se reunieron, en la mañana de ayer, en una capilla velatoria de la ciudad para darle el último adiós a sus seres caídos. Gritos de agonía, lamentos ensordecedores, y sollozos ahogados llenaron el espacio donde se velaban los restos de Isabel Cristina Soto Pérez, de 3 años; su padrastro, Yumer Rafael Chávez Corona, de 44 años; su primo, Ángel Chávez, de 29 años; y Adolfo José Matos Gil.
El féretro blanco de la niña estaba en una de las salas; una muñeca reposaba encima de ésta. A los lados se encontraban las urnas de su padre y el primo de éste. Los rodeaban sus familiares, quienes se consolaban unos con otros con recuerdos, anécdotas e historias. Los más afectados se acercaban a los féretros a mirarlos por última vez, mientras se desbordaban en llanto. El cuerpo de Adolfo José Matos Gil, lo velaron en otro salón aparte de el de los otros tres.
A la niña y a su padrastro los enterraron en el cementerio Jardines La Chinita, mientras que a Ángel Chávez y a Adolfo Matos, en el cementerio Sagrado Corazón de Jesús. La procesión de decenas de personas detuvo el tráfico vehicular por unos minutos, los arreglos florales tenían sobre sí mensajes escritos sobre bandas blancas.
Sigue sin esclarecerse la razón del homicidio. Ni las investigaciones de los funcionarios de la Policía científica han concluido el móvil del atroz asesinato. Los adultos asesinados no presentaron antecedentes policiales, ni los señalaron por alguna vinculación a un hecho delictivo. Los oficiales han inclinado las investigaciones a dos posibles razones; buscaban a algún familiar o asistente al lugar, o los gatilleros se equivocaron de lugar.
La noche del pasado domingo, unas veinte personas asistieron a una fiesta familiar en una vivienda en la calle 84, con avenida 24, en el sector Primero de Mayo, en la parroquia Chiquinquirá, del municipio marabino; mas, solo seis recibieron los impactos de bala efectuados por los delincuentes quienes iban a bordo en un vehículo marca Toyota, modelo Corolla, gris. Los otros dos alcanzados por las balas se encuentran estables.