jueves, diciembre 12, 2024
InicioSin mirar atr...

Sin mirar atrás

-

 

Una mañana soleada, mi madre decidida y con la fuerza que la caracterizaba, dijo“ nos vamos a vivir a Maracaibo”, mis hermanos Nena, Sory y Fernando entre sorprendidos e inquietos aceptamos con nostalgia y resignación  tal determinación familiar. No fue fácil para nosotros, queríamos quedarnos para siempre en ese valle merideño, rodeado de montañas, bordeado por el río Mocotí es, intrépido e impredecible, pero mis padres ya habían analizado que era lo  mejor para nuestro futuro, una buena universidad, una ciudad pujante y prometedora y en especial el apoyo de gente cercana que aportaría su solidaridad ante cualquier vicisitud

Fue un evento acertado, llegar a la tierra del sol amada con sus instantes olorosos a caujíl, níspero, coco  y rítmica gaita, nos cautivó de inmediato y emprendimos la vida con optimismo y fogosidad,  estudiamos, nos graduamos, casamos, tuvimos hijos y seguimos siendo personas de bien, caminando al lado de Dios como nos inculcaron esos dos viejos amorosos del Sur del Lago de Maracaibo.Jamás olvidaremos sus enseñanzas felices.

Hoy,  mucho tiempo después, una tarde nublada, quiero irme de Maracaibo. Es necesario partir, esta ciudad se hace cada vez más lejana e inhabitable, la hiperinflación, la  inseguridad, acechándote como lobo hambriento, el alto costo de la vida y lo peor,  no hay comida ni medicinas, la falta de alimentos se acentúa , es casi imposible comer sanamente, la leche, plátanos, queso, carne, pollo, vegetales y granos son especies en extinción , se han vuelto productos  escondidos, extravagantes, fantasmales, distantes de conseguir, acelerando la  marcha a otras tierras. Debemos partir, el destino no es Maracaibo, debe ser un territorio remoto, en otra parte del mundo, con otras condiciones, otros contextos, donde existan  oportunidades como las que mi sabia madre vislumbro cuando éramos muy jóvenes.

   Expertos en emigración aseguran que en los dos últimos años  más de 500 mil venezolanos han abandonado el país, de unos 2,2 millones de emigrantes 96 por ciento salió a partir de 1989 cuando llegó al poder Hugo Chávez. Nunca antes hubo tal movimiento hacia el exterior, es una emigración masiva, una diáspora interminable, un éxodo inacabable, indicando que estamos atravesando momentos cruciales  que a diario nos llevan a cruzar la frontera  colombiana o brasileña, en búsqueda de un mejor porvenir, escapando así de la crisis alimentaria, humanitaria, económica y social generadas por las malas políticas de Nicolás Maduro, las cuales obligan a escapar del hambre sin mirar hacia atrás.

 

 

 

 

 

 

 

 

Visited 3 times, 1 visit(s) today
- Publicidad -

Lo Más Leido