Se pretende imponer en nuestro país una “Constituyente Comunal”, además de una “Constituyente Militar”. Todo con el perverso objetivo de acabar con lo poco que queda de nuestras libertades políticas y económicas
Una vez más me veo obligado a referirme al tema de este artículo. Es incomprensible que a estas alturas de la implantación del castrocomunismo – estalinista – militarista en nuestro país, todavía pueda haber confusión entre quienes lo califican como Socialismo del siglo XXI, en lugar de llamar las cosas por su nombre para claridad y orientación de los ciudadanos.
De acuerdo con la experiencia de las últimas décadas, el socialismo se ha distinguido por un modelo político de libertad y democracia con clara preeminencia social, y por un modelo económico mixto, mercado-Estado para compeler el logro de los objetivos sociales. Consecuencia de la plena libertad política, con elecciones escrupulosamente aplicadas en países como Inglaterra, Alemania, Francia, España, países nórdicos, para nombrar algunos con gobiernos socialistas, no había razón para subyugar a la población, porque desde el punto de vista económico, no hacía falta expropiar ni destruir la empresa privada, para impulsar el pensamiento político.
En cambio, el comunismo que caracterizó a la Unión Soviética, a Europa del Este, y por supuesto a Cuba y Corea del Norte, está concebido y dirigido a reemplazar todo signo de democracia y libertad para coaccionar a los ciudadanos con motivaciones sociales falsas, para perpetuarse en el poder, obsesión que en el caso Venezolano es casi sociopática.
Corroborando lo anterior, se pretende imponer en nuestro país una “Constituyente Comunal”, además de una “Constituyente Militar”. Todo con el perverso objetivo de acabar con lo poco que queda de nuestras libertades políticas y económicas. Mención especial merece la supuesta prórroga del Decreto 2849 de Estado de excepción y de Emergencia económica, que viabiliza de manera expedita, obviar la contraloría de la Asamblea Nacional en materia económica, a la par de dictar medidas para garantizar la defensa nacional y paz social, sin olvidar la suspensión temporal de sanciones políticas contra máximas autoridades públicas y altos funcionarios.
Dependerá únicamente de la inmensa mayoría de los venezolanos, que con nuestras acciones pacíficas y constitucionales en la calle, y en todos los ámbitos, estemos dispuestos a luchar para enrumbar a nuestra patria a horizontes de libertad, democracia, empleo, inversiones, seguridad y todo lo que caracteriza a las naciones que se desarrollan en el marco del respeto a los derechos humanos y sus respectivas Cartas Magnas.