Este
Lo que ha vivido este país en los últimos casi 17 años, debe servirnos de lección. Me atrevo a decir que salvo algunos privilegiados por este régimen, la casi totalidad de los venezolanos hemos visto cómo la vida se complica cada día más. Este momento de campaña electoral hacia las elecciones parlamentarias es una oportunidad para profundizar nuestra solidaridad. Somos solidarios con Leopoldo López y con el casi centenar de presos políticos. Somos solidarios con Manuel Rosales y con todas las personas que se encuentran en el exilio. Somos solidarios con Henrique Capriles y con todos los líderes y dirigentes que siguen dando la pelea en la calle. Pero centrar la campaña en la solidaridad con los líderes mencionados puede hacernos perder el foco que, desde mi perspectiva, se centra en la solidaridad con todo un pueblo, que tiene la tentación de perderse en la desesperanza.
Solidaridad con los niños que en su inocencia juegan con la basura, con los padres a quienes se les hace difícil proveerlos de lo básico, con los jóvenes que estudian para graduarse de desempleados, o con los que tienen el sueño de emigrar, o con los que se quedan y se casan para vivir arrimados y dependientes. Solidaridad es lo menos que podemos ofrecer a los que hacen colas, a los que cansados de ellas compran productos a precios elevadísimos, a quienes han tenido experiencias imborrables con la inseguridad, a quienes sufren las precariedades de pésimos servicios públicos. Allí debe estar el foco de esta campaña.
Cuando nos encontramos con ellos, vemos en su cara el sufrimiento pero también una sonrisa de esperanza. La gente quiere cambio. A esa gente debemos abordarla con todo el respeto que se merece. Ofrecerles el mensaje sincero de quienes pensamos que el Estado y el Gobierno son para servir a los ciudadanos, no para utilizarlos. Decirles que lograr una mayoría de la unidad democrática en la AN será el inicio del cambio. Contarles que aprobaremos leyes para impulsar la producción nacional y eliminar las colas, para combatir la delincuencia desde la prevención, para descentralizar y poner la solución de los problemas donde éstos se producen.
No me canso de decir que Venezuela es un gran país. Así lo creo. Así lo sueño. Ese país podemos construirlo con el esfuerzo de todos. No perdamos el foco. Lo bueno viene ya.