El fenómeno de la hiperinflación tiene que ver, por un lado con la insuficiencia en la producción para cubrir el consumo de la población, y por el otro la emisión de dinero inorgánico para cubrir el déficit fiscal
El proceso de hiperinflación que sufre el país debe ser motivo de alarma roja por las desastrosas consecuencias que está produciendo en la economía con la devaluación de nuestro signo monetario, sus terribles efectos que se expresan en la escasez de comida y medicinas, y el drama que representa la gente buscando alimento en la basura con el hambre que cobra muertos a diario por desnutrición en nuestra población.
Para resolver el problema hay que partir de su reconocimiento, y es que el fenómeno de la hiperinflación tiene que ver, por un lado con la insuficiencia en la producción para cubrir el consumo de la población, y por el otro la emisión de dinero inorgánico para cubrir el déficit fiscal, siendo las dos caras de una misma moneda.
En primer lugar, la recuperación de la economía requiere del financiamiento externo, y esto sólo es posible a través de los organismos multilaterales. El segundo elemento a considerar para combatir la hiperinflación y recuperar la economía es el referido a la necesidad de corregir la distorsión cambiaria, considerada como el peor disparate que se haya cometido en materia de política económica.
Tercero es la materia del control de precios que se lleva a cabo desde el año 2003, y cuyos resultados han sido contrarios a los esperados, pues se ha demostrado que el control de precios termina restringiendo la oferta y como muestra Venezuela, pues después de 14 años de control de precios, tenemos la inflación más alta del mundo.
El cuarto elemento es el referido a desistir de la mala práctica de querer cubrir el déficit fiscal con la emisión de dinero inorgánico; pues esto lo que hecho es producir un círculo vicioso que nos ha conducido a la hiperinflación, y de no corregirse esta práctica perversa vamos a sufrir lo que ya pasó en otras partes del mundo, tales como Alemania después de la segunda guerra mundial, el cono sur de Latinoamérica, y Zimbabue recientemente, con una hiperinflación medida en millones por ciento que condujo a hambrunas a sus pueblos, debido a las políticas erradas de sus gobiernos, tal cual como sucede actualmente en nuestra Venezuela.
La situación que estamos viviendo es de emergencia, es necesario actuar en lo inmediato, incluyendo la ayuda humanitaria; el nudo del problema se encuentra en la disposición del Gobierno en reconocer el problema y su disposición a un cambio en la orientación de las políticas que nos han conducido a esta situación.