Podemos
El triste espectáculo que ante el mundo dio este pobre país rico durante el reciente fin de semana, cuando más de 35 mil ciudadanos venezolanos, según cifras del gobierno colombiano, entraron por la frontera que tuvo que ser abierta por un gobierno que le entró culillo cuando vio las primeras acciones de cerca de 700 mujeres que pasaron por sobre la barrera de guardias nacionales que custodiaban el hito fronterizo y lograron su objetivo de ir a Cúcuta a comprar los alimentos, enseres domésticos y medicinas que en este país petrolero, cuarto productor mundial de petróleo, no es capaz de ofrecerle a la nación.
Por el mundo andan rodando las imágenes de las 500 mujeres de la fronteriza ciudad de Ureña que irrumpieron el 5 de julio, vaya casualidad de la fecha, y fueron a comprar alimentos y medicinas, acción que en primeras de cambio fue calificada por el inefable Gobernador del Táchira, José Vielma Mora, como actividad de grupos de bachaqueras, pero que el alto gobierno advirtió a tiempo que lo que venía era como una bola de nieve desde la montaña, y giraron órdenes de dejar pasar a la gente a proveerse de lo necesario.
Podemos calificar de sabia la medida porque no se sabe qué hubiera podido ocurrir si no hubieran permitido el acceso y cientos de miles de ciudadanos hubieran hecho caso omiso de las restricciones por el paso fronterizo, lo que hubiera podido generar una masacre contra un pueblo que está agobiado por el hambre y los constantes atropellos a que son sometidos por el régimen.
Lo ocurrido es el reconocimiento expreso por parte del gobierno de que en Venezuela hay una crisis humanitaria tato en lo alimentario como en lo referente a la salud, la cual no termina de declarar ante el mundo para que recibamos las toneladas de alimentos y medicamentos e insumos médicos que están listos en distintas partes una vez que se cumpla con el protocolo del declaración de la crisis por parte del régimen.
Y este cronista mal pensado cree que al régimen de Maduro le debe dar algo así que llaman pena, que en el mundo entero sepan que un país petrolero que ha recibido más de 999 mil millones de dólares en los últimos diez años por concepto de la venta del petróleo, se encuentre arruinado porque una banda de forajidos comandada por un Teniente Coronel, traidor y felón, que en vida respondía al nombre de Hugo Chávez, se encargaron de dilapidar esos recursos robándoselos y regalándolos en otras latitudes con la finalidad de conseguir solidaridades de esos gobiernos receptores de las dádivas para tratar de impulsar su manida revolución bolivariana.