De celebrarse las presidenciales como usted propone, forzando su triunfo, la comunidad internacional no lo reconocerá y ¡ahí está el detalle Sr. Maduro!, ello implicará más sanciones que sufriremos los ciudadanos de a pie, con todos los ventajismos que le ofrece una institucionalidad secuestrada por su partido
Desde diciembre 2015 los venezolanos fuimos condenados a pagar las consecuencias que genera el que su Gobierno se resista aceptar la voluntad del pueblo; primeramente, tras el triunfo de la oposición, su régimen restó tres diputados legítimamente electos a la Asamblea Nacional, uno a uno fue anulando todas leyes y demás actos legislativos, entre los que se encontraban instrumentos que podían haber beneficiado al pueblo, incluso, a su Gobierno. Finalmente, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) dio el tiro de gracia, la inhabilitó bajo un presunto “desacato” inexistente. Ello le costó a la nación la imposibilidad de contraer financiamientos internacionales, pues aprobarlos es facultad intransferible del parlamento, los demás países así lo exigen.
Peor aún, intentando construir una institución que supliera al Parlamento, su Gobierno inventó una “constituyente” desafiando el desiderátum constitucional y todo canon democrático, costó la vida de más de un centenar de venezolanos, básicamente, esas elecciones fueron un acto gubernamental en el que usted señor Presidente impuso candidatos, electores y, según Smartmatic, resultados.
Estos procesos se prefabricaron a su favor, con todos los ventajismos que le ofrece una institucionalidad secuestrada por su partido; se inhabilitaron los candidatos opositores con mayor oportunidad, se depusieron y apresaron otros tantos, se migraron centros de votación y votantes en desmedro de la oposición y pare de contar, todo esto deparó a sus candidatos (y a usted señor presidente) un espejismo de triunfo que ni interna ni externamente es creíble.
Ahora bien, con las presidenciales pretende hacer lo propio, diseña un proceso electoral a su milimétrica medida, a espaldas de la Carta Magna. De celebrarse las presidenciales como usted propone, forzando su triunfo, la comunidad internacional no lo reconocerá y ¡Ahí está el detalle Sr. Maduro!, ello implicará más sanciones que sufriremos los ciudadanos de a pie.
Su gobierno no reconoce al Parlamento legítimamente electo por los venezolanos, la comunidad internacional no reconoce la Asamblea Nacional Constituyente y tampoco lo reconocerá a usted. Venezuela quedará aislada del mundo, para una nación 100 por ciento dependiente de las importaciones ello es lo más grave que puede ocurrir. Una elección presidencial fraudulenta arrastrará al pueblo al foso más profundo de la indignante sobrevivencia… Sr. Maduro por favor ¡reflexione!