
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Su asesino lo sorprendió mientras bebía con unos amigos. Giordano Alberto Pérez Pérez, de 32 años, lo reconoció al tenerlo cerca y corrió. El sicario lo persiguió por el sector El Curarire, tras varios minutos de carrera lo derribó de un balazo en la cabeza.
Eran las 5.35 de la mañana de ayer cuando Marilyn Ferrer, prima del occiso, recibió una llamada donde la alertaban sobre el crimen. Explicó que su primo estaba en la casa de un amigo en el kilómetro 20 de la vía a La Concepción, celebraban desde el sábado en la tarde.
Los testigos le contaron a la familia que el homicida llegó a la casa y sin mediar palabras sacó un arma. Pérez reaccionó ante la presencia del asesino y corrió lo más rápido que pudo para huir. Aseguraron que la víctima evadía al sicario a través de las polvorientas calles del barrio. La persecución llegó hasta la vía principal.
Pérez intentó detener un carro, sin embargo el conductor lo esquivó. En la orilla de la carretera es alcanzado por el homicida, quien accionó el arma de fuego en múltiples oportunidades. Los disparos atravesaron su espalda. Murió en la vía pública. Los vecinos no vieron si el asesino huyó en un vehículo o a pie.
El occiso trabajaba para una pollera distribuyendo productos de la empresa por los estados de centro-occidente del país. Vivía con su esposa y sus dos hijas en el sector El Chaparral, parroquia San Isidro, de Maracaibo.
Ferrer desconocía por qué alguien quería matar a su primo. Siempre lo consideró una persona pacífica y trabajadora.
La Policía científica maneja el caso como una venganza debido al empeño del homicida por completar su tarea. Por ahora esta persona no está identificada, pero los investigadores iniciaron las labores para establecer las razones que motivaron el homicidio.