Daneuris
Los médicos del Hospital Universitario esperaron, ayer, en la emergencia a los Cabarcas para informarles que a su pariente Daneuris Vanesa Cabarcas Soraca (21) le dio un paro cardiaco y falleció a las 6.30 de la mañana. El disparo que recibió en la cabeza, el pasado viernes en la noche, fue mortal y no aguantó. Su concubino, Rafael Enrique Hernández Valbuena (25), apodado el “Pilicho”, sigue detenido en el comando central de la Policía regional, pues mató a su mujer, presuntamente por haberse negado a calentarle la cena.
La madre de la víctima estaba desconsolada. Todo el grupo familiar se trasladó hasta la morgue del hospital a esperar que los funcionarios de la Policía científica hicieran el levantamiento formal del cuerpo y lo llevaran a la morgue.
La joven vivía con su padre en el barrio Rafito Villalobos, de la parroquia Ildefonso Vázquez. Tras conocer a su pareja se mudó con él hace cinco meses a la calle Mara del sector Ziruma. Desde ese momento Daneuris dejó sus estudios de Publicidad para dedicarse a su esposo e hijo.
Una prima de la occisa contó que Daneuris y Rafael tenían exactamente dos años de relación, y durante ese tiempo “nunca conocimos bien a su concubino. Él siempre ha sido muy callado y hasta fama de maloso tiene”.
Recordó que ese viernes Rafael, luego de dispararle, la trasladó hasta el Universitario, donde ingresó a las 10.00 de la noche en estado crítico. Los médicos la estabilizaron y avisaron a las autoridades lo sucedido.
Los funcionarios de la Policía regional se trasladaron hasta el hospital y al entrevistarse con el marido de Daneuris, este confesó “como si nada” que le disparó porque “no le calentó la cena”.
A los Cabarcas “nos inventó que los querían atracar, y luego que se estaban jugando”. Daneuris era una joven emprendedora, así la describieron sus allegados. Su madre lloró por horas su pérdida. “Nunca pensé enterrar a un hijo. Esto es muy fuerte”.