El asesinato de un policía en circunstancias no esclarecidas por las autoridades elevó al menos a 11 la cifra de estos casos en lo que va de 2019, informó este martes el director del cuerpo de seguridad, Howard Cotto
“Lo estamos manejando como homicidio, a pesar de no tener el resultado de la autopsia, porque a simple vista nuestro compañero tenía dos impactos de bala”, dijo en rueda de prensa el titular de la Policía Nacional Civil (PNC).
El jefe policial, que no reveló el nombre de la víctima, aseguró que por esta situación “no se puede considerar bajo ningún punto de vista un suicidio”, una hipótesis que se manejó en los medios locales.
Añadió que este hecho, registrado el lunes, no se vincula inicialmente con el accionar de las pandillas, sino que “podría obedecer a otras circunstancias”.
Con este crimen suman al menos 11 los agentes de la PNC asesinados en lo que va del 2019, a los que se suman los homicidios de cinco los miembros de la Fuerza Armada y dos empleados administrativos de la corporación policial.
Durante 2018 fueron asesinados 32 policías, más dos empleados administrativos del cuerpo de seguridad, 17 militares, tres custodios de Centros Penales y un estudiante de la Academia Nacional de Seguridad Pública (ANSP).
La mayoría de estos crímenes son atribuidos a las pandillas que buscan, según las autoridades de seguridad, presionar al Gobierno con estos ataques para obtener beneficios carcelarios para sus líderes.
Según el ministro de la Defensa, David Munguía, el país vive un conflicto armado de “baja intensidad” por los constantes enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y las estructuras criminales.
El Gobierno responsabilizan a las pandillas Mara Salvatrucha (MS13), Barrio 18 y otras minoritarias de los altos índices de homicidios de entre 103 y 50,3 por cada 100 mil habitantes entre 2015 y 2018, cifras que ponen a la nación como una de las más violentas del mundo.
Las pandillas, un fenómeno considerado como herencia de la guerra civil (1980-1992) y que se fortaleció con la deportación de pandilleros de Estados Unidos, han resistido a los planes de seguridad implementados en las últimas cuatro administraciones.