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El presidente de Uruguay, Tabaré Vázquez, dijo hoy que una medida de aislamiento en estos momentos a Venezuela le perjudicaría mucho más que lo que supone tenderle una mano para lograr una mesa de diálogo a fin de buscar una convivencia y una solución pacíficas a la grave crisis política, económica y social.
“Nosotros nos opusimos a aislar a Venezuela por lo que queremos al pueblo venezolano”, señaló Vázquez en una rueda de prensa en Ginebra.
Añadió que a su juicio “una medida de aislamiento a Venezuela en este momento le va a perjudicar mucho más que el tender una mano para lograr una mesa de diálogo, de encuentro, de buscar una convivencia y solución pacíficas del diferendo tan dramático que vive ese país”.
El pasado 31 de mayo, los cancilleres de la Organización de los Estados Americanos (OEA) no lograron consensuar una declaración sobre la crisis de Venezuela y se emplazaron a otra reunión antes de la Asamblea General de junio en Cancún (México).
El acuerdo no fue posible porque la propuesta de declaración de EEUU, México, Perú, Canadá y Panamá pedía cancelar la Asamblea Constituyente en Venezuela y era muy crítica con el Gobierno de Nicolás Maduro, mientras que la presentada por los 14 países de la Comunidad del Caribe (Caricom) no recogía esas demandas.
“Uruguay apuesta a eso, a la mesa de diálogo, y Uruguay además ha defendido tradicionalmente la no injerencia en los asuntos internos de otras naciones”, señaló Vázquez, quien recalcó que “los problemas de los venezolanos los tienen que resolver los venezolanos”.
“Lo que podamos hacer desde fuera y ayudar para que se encuentre un camino de paz, de profundización de la democracia, de tolerancia, de respeto, de convivencia pacífica, lo que podamos hacer y se nos pida lo vamos a intentar hacerlo”, subrayó el mandatario.
El canciller uruguayo, Rodolfo Nin Novoa, a su vez, admitió que en estos momentos “no hay dos tercios para que haya una resolución” en la OEA sobre Venezuela, es decir 23 votos de los 34 Estados representados (todos menos Cuba), y por lo tanto “la única apuesta posible hoy en ese país es una apuesta por el diálogo”.
En ese diálogo, agregó el ministro de Relaciones Exteriores, debe haber “garantías de que el país empiece a revertir una situación que lleva peligrosamente hacia situaciones complejas y buscar el camino de la democracia, de la expresión popular, dentro de la normativa que la propia nación tiene”.