Las autoridades elevaron recientemente el nivel de alerta de las fuerzas de seguridad, debido a un recrudecimiento de las operaciones insurgentes
Al menos tres personas murieron y otras seis resultaron heridas este viernes 23 de diciembre en Pakistán después de que un hombre se inmolara con explosivos tras ser detenido por la Policía para una inspección, al sur de Islamabad. Poco más tarde, el principal grupo talibán paquistaní, Tehreek-e-Taliban Pakistán (TTP), se atribuyó la responsabilidad en el atentado.
De acuerdo con el reporte policial entregado por el subinspector general Sohail Zafar, el atacante iba acompañado de una mujer y conducía un vehículo cargado de explosivos cuando la Policía lo detuvo para registrar el automóvil. “La pareja salió y el hombre, mientras los oficiales lo revisaban, entró nuevamente al carro” de manera sorpresiva y detonó la explosión.
Como resultado, además de los atacantes, un oficial murió y otras seis personas, entre ellas cuatro agentes, resultaron heridas. Hacía años que no se producía un ataque de este tipo en la capital de Pakistán, a diferencia de otras grandes ciudades como Lahore y Karachi, donde sí que se han llevado a cabo últimamente, así como en zonas limítrofes con Afganistán. Los agentes habían estado siguiendo al automóvil, un taxi, por considerarlo sospechoso.
Sacrificaron su sangre
“Aceptamos la responsabilidad de un ataque suicida contra los enemigos del Islam en Islamabad. Este bendito ataque, que fue llevado a cabo por nuestro compañero Maulana Khabib, se realizó como venganza” por la muerte del líder del TTP, Omar Khalid Khurasani, indicó en un comunicado el portavoz talibán Muhammad Khurasani. El portavoz aseguró que seguirán “vengando la sangre” de sus líderes y cumplirán con el sueño de instaurar un sistema islámico en Pakistán.
Tras conocerse el suceso, el primer ministro paquistaní, Shehbaz Sharif, condenó en un escrito el ataque y alabó la respuesta del personal policial, que “detuvo a los terroristas sacrificando su sangre” por el país. Las autoridades elevaron recientemente el nivel de alerta de las fuerzas de seguridad, debido a un recrudecimiento de las operaciones insurgentes, informó AFP.
El TTP es un paraguas de varios grupos armados tribales creado en 2007 que busca imponer un Estado islámico en Pakistán y es aliado de los talibanes afganos, a los que guarda lealtad.
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