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Michel Temer, presidente de Brasil, recibió este lunes el alta médica después de tres días de internamiento para someterse a una operación de próstata en un hospital de Sao Paulo.
Temer a su salida del hospital, con buen semblante y aparentemente un buen aspecto físico, comentó a los periodistas que “está todo bien y me voy a casa”, antes de abandonar la institución en un vehículo oficial.
El presidente brasileño ingresó el viernes por la tarde en el hospital Sirio-Libanés de Sao Paulo por un aumento benigno en la próstata que requirió de una intervención quirúrgica.
El mandatario fue sometido este domingo a un procedimiento de retirada de la sonda vesical. Guardará reposo en su domicilio de Sao Paulo hasta el miércoles, cuando tiene previsto regresar a Brasilia.
La operación obligó a cancelar la visita oficial de Evo Morales, presidente de Bolivia, prevista para este lunes y en la que estaba incluida una reunión con Temer.
Temer sufrió malestar cuando la Cámara baja debatía la denuncia por obstrucción a la justicia y asociación ilícita que la Fiscalía formuló en su contra en base a una confesión de los dueños del gigante cárnico JBS.
Las acusaciones, que Temer siempre negó, fueron rechazadas el mismo miércoles por 251 votos frente a 233 en el pleno de los diputados, que por imperativo de la Constitución brasileña debía avalar su eventual enjuiciamiento, y supuso un alivio para el mandatario.
Durante un reciente chequeo, los médicos le detectaron una obstrucción arterial coronaria “leve”, pero el propio Temer negó que tuviera que ser sometido a un cateterismo para corregir el problema.