Más de 500 niños están afectados por la ola de robos que en lo que va de año ya suman seis. Esta vez se llevaron toda la comida del PAEZ. Al menos seis niños ya presentan dificultad en la vista debido a la falta de electricidad en las aulas de clase. Los representantes exigen respuesta del Ministerio de Educación en la región y amenazan con cerrar la escuela para hacer presión
Representantes, maestros y niños de la escuela básica nacional 23 de Enero en el 18 de Octubre, al norte de la ciudad, están “hartos” de que el hampa haga de las suyas con la educación de sus chamos. Este jueves los asociales volvieron a aprovechar la oscuridad de la noche para forzar puertas y ventanas, y llevarse lo poco que quedaba luego de cinco robos anteriores. El sexto hecho delictivo les pesa mucho más a todos. Llena de impotencia Yeisly Roa soltó: “Se llevaron la comida de los niños”.
“Intolerante”, así describieron la situación en la que quedaron las instalaciones de la escuela que continúan recibiendo a los pequeños, esperando que la autoridad única en educación de la región “haga algo por nosotros”. “La lista es larga: Carne, pollo, granos, leche, arroz, harina, queso, pasta y la unidad de la cava refrigeradora, todo eso se llevaron, nos dejaron sin nada, ahora qué van a comer los niños. Ellos se desmayan si no les damos nada”.
Rafael Leal, representante, reveló que su hija, que cursa el sexto grado, tiene suspendidas las actividades por que en su aula no entra la luz natural. “Aquí estamos en condiciones infrahumanas. Sin agua, comida ni electricidad. Estamos rodeados de monte y nadie hace nada. Esta vez violentaron dos puertas, se llevaron hasta las pailas”.
Sin esperanzas
Henderson Isea, maestro de la institución hace 10 años, criticó la actuación de la Policía frente a las denuncias de robos. “La Policía dice que ellos no pueden hacer nada. Que nosotros como institución tenemos que buscar la manera de reunirnos con los representantes y que ellos mismos cuiden la escuela, pero que el cuidado pleno en las noches o durante todo el día no lo pueden dar. Hemos buscado aliados, como las cuadrillas bolivarianas, pero tampoco hacen la labor de seguridad”.
Confesó que ya tienen miedo de que los robos se intensifiquen y al ver que ya no hay nada más que llevarse, atenten contra los niños o el personal. “No se está ofreciendo una educación de calidad, esto es un llamado de auxilio. Gracias a Dios por el momento no hemos sido víctima directa, pero eso es lo que falta, esto es urgente porque ni el municipio escolar ni la Gobernación han dado respuesta ante las denuncias, entonces los representantes van a cerrar la institución como llamado de emergencia”.
Sospechas
La Verdad conversó con algunos vecinos de la zona, quienes confesaron vivir “aterrados” dentro de sus propias casas debido a la inseguridad desbordada que hay en el 18 de Octubre. Roberto Zambrano señaló: Los que se meten en la escuela son familia de unos representantes. Viven cerca del colegio. Son un grupo de muchachos que vende las cosas más adelante para fumar, ya les agarraron el truco, pero mejor es no decir nada porque son capaces de matar a uno”.