“Teticas”

Uno de los grandes logros de la revolución socialista del comandante eterno y de sus autodenominados hijos, fue transformar una economía de mercado, con sus imperfecciones, claro está, en una miserable economía de subsistencia

En Maracaibo, llamamos “teta” a un producto que resulta de la mixtura entre un helado y un “cepillao” o “raspado”, tal como se conoce en otras regiones del país, pero, en la práctica, no es ni una cosa ni la otra, pues a pesar de usar la misma receta para su elaboración y tener la misma finalidad de refrescar el paladar, se sirve de una forma muy diferente; congelada en la esquina de una bolsita plástica, simulando el seno de una dama.

Quién iba a pensar, en aquel entonces, que dicha innovación llegaría tan lejos, pues actualmente se ha convertido en la “Unidad de Medida de Subsistencia” de aquellos venezolanos que devengan entre uno y cinco salarios mínimos, renglón donde se encuentra ubicada la mayoría, por no decir la totalidad, de los trabajadores bajo relación de dependencia, tanto del sector público como de la empresa privada.

En los zonas populares, los artículos de primera necesidad ya no se compran por kilos, pues, el salario no da pa’ tanto, bien sea, porque dichos productos son importados de la hermana República de Colombia a precios internacionales o porque a pesar de ser nacionales (regulados), son secuestrados y revendidos por las mafias organizadas de los “bachaqueros”, también a precios internacionales, con la anuencia de las autoridades civiles y militares.

Las bodegas que, en otrora fueron el último eslabón de la cadena de comercialización y el lugar por excelencia donde la comunidad amenamente y sin necesidad de trasladarse a un supermercado, compraba a diario los artículos que hoy día están desaparecidos, han tenido que llevar el menudeo al extremo, dosificando los productos a su mínima expresión, para poder venderlos, rotar el precario inventario que manejan y generar el ingreso suficiente para no cerrar el establecimiento y, al mismo tiempo, dándole la oportunidad al consumidor final de adquirir aunque sea 100 gramos del producto, para un solo uso o para una sola probada. Así tenemos que, las “teticas” más buscadas son: de café, azúcar, leche, aceite, mayonesa, salsa de tomate, harina de trigo e incluso de avena en hojuelas, o de cualquier otro producto que se pueda segmentar, separar o dividir.

Sin lugar a dudas, uno de los grandes logros de la revolución socialista del comandante eterno y de sus autodenominados hijos, fue transformar una economía de mercado, con sus imperfecciones, claro está, en una miserable economía de subsistencia, donde los ciudadanos venezolanos tenemos que sobrevivir con un salario de hambre que, escasamente, alcanza para comprar una que otra “tetica”.

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