Tillerson toma riendas de la diplomacia de EEUU

Con 56 votos a favor y 43 en contra, el empresario petrolero logró el consentimiento de la Cámara alta, después de salir airoso en el voto previo del Comité de Relaciones Exteriores. El magnate texano fue nominado formalmente por el presidente Donald Trump el pasado 10 de diciembre

El Senado de Estados Unidos confirmó ayer, en una votación muy ajustada, al empresario petrolero Rex Tillerson como próximo secretario de Estado para el gobierno de Donald Trump.

Así, Tillerson, de 64 años, tomará las riendas de la diplomacia estadounidense en unos momentos delicados para el país, después de la brecha abierta con México tras la confirmación de la construcción del muro en la frontera, las suspicacias que ha levantado Trump en la Unión Europea y la difícil situación en Oriente Medio.

Con 56 votos a favor y 43 en contra, Tillerson logró el consentimiento de la Cámara alta, después de salir airoso en el voto previo del Comité de Relaciones Exteriores, donde sus vínculos con Rusia le pusieron en aprietos.

Tillerson fue nominado formalmente por el presidente Donald Trump el pasado 10 de diciembre, aunque era uno de los que aún aguardaba la confirmación.

El magnate texano asumirá el control de la enorme maquinaria diplomática estadounidense en sustitución de John Kerry, quien dejó el cargo el pasado 19 de enero, un día antes de la investidura de Trump.

Este era uno de los cargos más importantes del gabinete de Trump que esperaban ser confirmados por el Senado, ya que el secretario de Estado es el quinto en la línea sucesoria a la Casa Blanca en caso de ausencia de las otras autoridades.

Otros tres secretarios ya fueron ratificados (Defensa, Seguridad Interior y Transporte), además del director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y la embajadora ante las Naciones Unidas.

Ingeniero de formación, Tillerson ingresó a ExxonMobil en 1975 y escaló toda la jerarquía hasta llegar al cargo máximo en 2006.

La relación con Rusia

Tillerson ha sido conocido por su habilidad para alcanzar complejos acuerdos internacionales. También tiene vínculos profundos con Rusia: como ejecutivo de Exxon, gestionó los lazos entre la compañía y el Kremlin y en 2011 logró un acuerdo que le permitió a la compañía acceder a los recursos petroleros del Ártico ruso. Según el Wall Street Journal, el presidente ruso, Vladímir Putin, valoró dicho acuerdo en unos 500 mil millones de dólares.

En 2012, el Kremlin le entregó a Tillerson la condecoración de la Orden de Amistad de Rusia.

Sin embargo, ese acuerdo fue bloqueado por las posteriores sanciones estadounidenses contra Rusia, sanciones que Tillerson criticó agudamente porque no se consideró el “amplio daño colateral” que causaron.

En la comisión que lo confirmó en el cargo ayer, los senadores republicanos John McCain, Lindsay Graham y Marco Rubio expresaron sus preocupaciones sobre las posturas de Trump hacia Moscú y las comprobadas relaciones del exdirector ejecutivo con el Kremlin, pero finalmente apoyaron su candidatura.

Graham calificó como “desconcertante” el hecho de que Putin otorgase a Tillerson la Orden de la Amistad del Kremlin en 2013, mientras que el senador John McCain aseguró, en alusión al empresario, que no entendía “cómo alguien podría ser amigo de un antiguo agente de la KGB”, refiriéndose al mandatario ruso, Vladímir Putin.

 

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