La
Obscena, traicionera, falaz y vil
podredumbre de bajeza;
nicho repleto de víboras rabiosas
esparciendo odio y veneno por doquier;
fuego, lodo, hedor, tristeza;
funesto saltatrás afincado
en raíces despreciables del ayer.
Submundo servil de lo taimado;
trono de rojas quimeras y traiciones,
de asaltos cruentos, de colgajos,
de abusos de poder, de corrupciones…
La tiranía y sus secuaces pasarán,
y, nuestro pueblo, llenándose de gloria,
con canto épico emergerá del turbio averno
volverá la mirada hacia su historia,
recuperará sus ideales libertarios,
sanará las heridas del combate,
y mostrando su límpido blasón hereditario,
se encargará de reparar tanto dislate.
Serán, entonces, juzgados los abyectos y canallas
y tal se hará con actos plenos de justicia pura,
por manera de aprender a perdonar, sin lenidad,
tanta locura