La Policía científica se trasladó hasta el local, hizo el levantamiento planimétrico y colectó los videos de las cámaras de seguridad
Una reunión entre amigos terminó en desgracia en el frente de una venta de licores en la avenida El Milagro, al norte de Maracaibo. Enderson Antonio Salas García, de 23 años, murió tras recibir un disparo en el pecho en medio de una riña en el estacionamiento del local. "Hermano, no me dejéis morir" suplicó la víctima.
Enderson, en compañía de un hermano y dos amigos, visitó por segunda vez la Licorería El Ñapo. Salas no pudo contar su segunda experiencia en el establecimiento. En la parte superior de la tasca hay un local de los mismos dueños, donde ponen música y uno se toma tragos tranquilamente, comentó Gustavo Salas, hermano de la víctima. "La pasábamos bien, hablábamos y compartíamos un rato diferente. Al salir pasó todo". A las 2.30 de la mañana decidieron retirarse, bajaron y en el estacionamiento se producía una pelea con un grupo de personas, ajenos a la "rumba" en la licorería.
Los hermanos y amigos al ver la algarabía se alejaron para evitar problemas, pero sorpresivamente desde un carro con características desconocidas dispararon en cinco ocasiones contra los presentes. Todos corrieron y se escondieron, pero las balas fueron más rápidas que Enderson. Cayó al suelo con un disparo en la caja torácica de su cuerpo. "Pedimos ayuda pero todos se iban". Gustavo acompañó al hermano en el suelo mientras que este le pedía que no lo dejara morir, que lo ayudara. Más de 10 minutos agonizó en el pavimento con un proyectil frío entre sus entrañas que le carcomía las esperanzas de vida. Una ambulancia de los Bomberos de Maracaibo, sin soporte para heridos, socorrió al lesionado y lo trasladaron hasta el Hospital Central donde lo remiten al Hospital Universitario de Maracaibo (HUM).
En el traslado Enderson Antonio se aferraba a su hermano mayor. Tras su ingreso a pabellón, los galenos notificaron la muerte a las 4.40 de la madrugada del pasado domingo. A las 5.18 de la mañana el cuerpo llegó a la morgue de LUZ. El occiso se destacaba como pintor de carros en un taller de latonería y pintura en el sector Socorro, dejó un hijo y vivía cerca del empleo.
La Policía científica recibió la novedad y se trasladó al lugar de los hechos la mañana de ayer. Los dueños del establecimiento desconocían del caso, pues el depósito de licores cerró sus puertas al público a las 7.00 de la noche del sábado. Un empleado explicó que se enteraron al llegar ayer a trabajar. Los detectives hicieron el levantamiento planimétrico para determinar si el homicidio ocurrió dentro del local o en el estacionamiento y corroborar la versión de los testigos.
Los videos de las cámaras de seguridad ayudarán a las autoridades a identificar a los responsables de alterar el orden público y dar con el paradero de los bandidos que accionaron el arma desde un carro en marcha.