Jonathan Principal (19) resultó herido durante el ataque, pero se hizo pasar por muerto para que los delincuentes lo robaran y se fueran
Las bebidas se acabaron en una fiesta familiar, los primos Franklyn José Fernández Fernández (33) y Jonathan Principal (19) decidieron caminar por la barriada hasta una licorería cercana, pero les costó la vida. Un grupo de maleantes los interceptaron y les dispararon en el pecho con un escopeta. El primero murió escondido en el patio de una casa en el barrio José Alí Lebrún, al oeste de Maracaibo, parroquia Venancio Pulgar.
Sus familiares explicaron que durante su recorrido, de al menos cinco cuadras, por la avenida principal, donde está el depósito de licores más cercano, los malhechores lo sorprendieron y bloquearon su camino para arrebatarles sus pertenencias. Al parecer Fernández y Principal se opusieron a los criminales y estos les dispararon. Sus allegados indicaron que a lo mejor los dos fueron presa de los nervios y esto no les permitió responder a las exigencias de sus agresores.
Fernández logró huir con una herida mortal en su pecho. A las 3.00 de la madrugada cayó detrás de la vivienda 79-46 de la calle 120 con avenida 72, donde tres horas después Darío Domínguez, dueño de la casa, lo halló cuando salía al patio. “Me acerque a regar las matas y lo vi, cuando detallé el rostro lo reconocí y avisé a la familia”.
Fernández estaba boca bajo sobre la superficie arenosa. Solo sus mocasines marrones y parte de su bermuda azul estaban limpia. Sobre su franela color salmón la sangre y los agujeros de los perdigones indicaba el tipo de arma con el que fue atacado. Mientras unos policías custodiaban la escena y otros realizaban las primeras experticias, los curiosos se acercaban uno a uno para y entre murmullos decían que los primos estaban en problemas de drogas.
Una allegada comentó Principal estaba recluido en el Hospital Universitario de Maracaibo. A las 10.00 de la mañana despertó en una camilla y pudo relatar lo pasó. Recordó que escuchó el disparo y el quejido de su primo, de inmediato corrió, pero los delincuentes y las balas lo alcanzaron. “Se hizo pasar por muerto, dijo que solo sintió cuando le quitaron un anillo del dedo”.
Tras huir los pandilleros, este se paró y sin saber de su primo caminó hasta casa de una tía cercana y pidió ayuda, estos lo llevaron al centro asistencial. Ambos vivían en parcelas, en un terreno en común, cerca de donde los emboscaron. Trabajaban como albañiles. Fernández también vendía yuca en el sector El Muro y ayudaba una granja en la vía Los Lirios.