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El precio del dólar estadounidense a pesar de tener una circulación controlada por las leyes venezolanos rueda con valor predominante en las transacciones y operaciones comerciales de Venezuela.
La cotización de la divisa se convirtió en marcador de costo de los productos. Y es que la producción nacional, dependiente de la materia prima importada, está impacta por incremento constante en el dólar, dada la inestabilidad de la política cambiara, incapaz de asegurar dólares a los sectores productivos de bienes. Realidad que repercute en ebullición de precios de ventas de rubros nacionales e importados.
El Gobierno prepara una medida para dinamizar el funcionamiento del Sistema Complementario de Divisas, creado hace un año para abrir un mercado de posibilidad de oferta y demanda de divisa. El presidente Nicolás Maduro informó el lanzamiento de un “nuevo” Dicom para impulsar la Venezuela “potencia”.
Objetivo con similar propósito que la política cambiara decretada en 2016 con el lanzamiento del Simadi: activar la oferta y demanda de divisas con la participación del sector privado, restringida desde 2003 con el control del cambiario.
Mientras los billetes estadounidenses tienen tres tasas: Dipro, Dicom y paralelo, presente más la influencia del no oficial por encima de cuatro mil bolívares, los precios de los alimentos toman ebullición. Un kilo de arroz supera los cuatro mil bolívares, la pasta alimenticia ronda los seis mil, la leche en polvo a 15 mil bolívares, el pollo a seis mil, cartón de huevos a 12 mil, incrementando el costo de la canasta alimentaria.
Orlando Atencio, desempleado, lamenta el alza en “todo los productos”. La importación de colombianos, que llegaron para cubrir la escasez, también se convirtió en un mercado costoso. “Los alimentos están caros y el salario con el cestatique no alcanza para comer”.
El ingreso de productos colombianos arriba a su primer año. El descuento a casi el doble con relación a los nacionales desapareció. Zulia celebró la comercialización, pese al cierre autorizado de la frontera. Harina de maíz, pasta, arroz, azúcar y leche fueron los primeros en exhibirse en los anaqueles. Ahora en mesas de buhoneros se ven hasta desodorante sin control sanitario.