Exhortan
Indicadores devastadores. La familia trabajadora ve esfumarse las aspiraciones de progreso ante una economía en retroceso. El poder adquisitivo cae a niveles sorprendentes y hace “más pobres” a los venezolanos, que borran de sus cuentas poder acceder a una vivienda, vehículo u otro bien esencial para conformar un hogar.
De acuerdo con la Ucez, “la familia promedio venezolana está condenada a no poder acceder a bienes porque más de 80 por ciento de la población gana entre uno y seis salarios mínimos”, siete mil 721,6 bolívares de remuneración que no alcanza para gozar de un techo digno.
Gilberto Gudiño Millán, presidente de Unión Empresarial del Comercio y los Servicios, explica en rueda de prensa que en Chile se necesitan 20 años y tres meses para obtenerlo, Perú 19,9 años; Argentina 20,3; Colombia 24,8 y en Venezuela más de un centenario, cerca de 166,1 años para asegurar una casa con costo de 15 millones de bolívares. “No le alcanza la vida a un trabajador para poder comprar un apartamento modesto donde poder constituir su hogar”.
La crisis de abastecimiento, bajos salarios, diferencial cambiario, control de precios y desaparición de empresas se reflejan en la calidad de vida de la población. Según la Cepal, dos elementos se consideran para analizar el empobrecimiento de un país: ingresos y gastos en el hogar, cuando no se puede satisfacer prioridades se encienden las alarmas.
Gudiño Millán advierte que no existe progreso y desarrollo con un sector privado afectado por las políticas económicas. Es “imposible” para las empresas avanzar en lo económico “donde los ciudadanos cada día son más pobres”. Las causas las apunta a que en una década desaparecieron 450 mil compañías del sector primario, secundario y terciario, mientras la población creció en 50 por ciento. Solo en comercio decreció 60 por ciento. Pasó de tener 590 mil a 265 mil.
Alternativas
Superar la crisis tiene remedio. Gustavo Machado, asesor económico de la Ucez, invoca al razonamiento lógico con dos “objetivos básicos: proteger el presupuesto familiar y estimular la producción nacional”. En el contexto de aplicar medida macroeconómicas fiscales, monetarias y cambiarias.
El economista exhorta a rebajar el IVA para impactar en el presupuesto familiar, proyectando que la baja influya en la inflación para “combatir” los altos indicadores. Además pide al Banco Central de Venezuela dejar de financiar a las empresas estatales para evitar que se inyecte dinero en la economía porque no están acompañados con aumentos en la producción.
Propone la eliminación del Simadi y la “intervención directa del Gobierno en el mercado paralelo para que empiece a bajar vigorosamente el precio para iniciar un proceso gradual de unificación cambiaria. La idea es estimular los esfuerzos de los agentes económicos hacia la producción de bienes y servicios”.