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El fabricante de automóviles japonés Toyota invertirá un aproximado de mil 300 millones de dólares en la planta estadounidense ubicada en Kentucky debido a las amenazas realizadas por el presidente Trump.
«Es hora de una actualización y un lavado de cara. Esta enorme revisión nos permitirá ser más flexibles y competir mejor globalmente, ahondando aún más nuestras presencia aquí en Kentucky», indicó Wil James, presidente de Toyota Kentucky, en un comunicado.
La planta, ubicada en la localidad de Georgetown, es la mayor del mundo del fabricante nipón y cuenta con más de 8.200 empleados.
El pasado año, Toyota agregó 700 empleados para desarrollar el lanzamiento de nuevo modelo Camry 2018, que se produce en la fábrica y es uno de sus vehículos más populares en EEUU.
Los 1.300 millones de dólares de hoy no conllevan la creación de nuevos empleos, apuntó Toyota, y forma parte de un plan en cinco años en los que prevé alcanzar una inversión total de 10.000 millones de dólares en EEUU.
Sin embargo, esta decisión se produce después de que el presidente Trump amenazase a los grandes fabricantes de automóviles por sus planes de trasladar parte de su producción a otros países como México para reducir costos.
Toyota incluyó en su comunicado unas declaraciones del propio Trump en las que el mandatario subraya que «esta decisión es una evidencia más de que los fabricantes están ahora confiados en que el clima económico ha mejorado en gran medida bajo mi Gobierno».