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La notificación de que algunos beneficios están suspendidos por la paralización de labores en la planta de Coca-Cola Femsa sede Maracaibo, cayó amarga a los casi mil 400 trabajadores de industrias de bebidas en Zulia. La falta de materia prima, específicamente de azúcar, derivó en una medida que el personal tildó de “arbitraria”, luego de que se prohibiera el paso a las instalaciones.
Desde la semana pasada se evaluaba el escenario ante la carencia de inventarios. Benito Mambel, secretario del Sindicato de Trabajadores, aseguró que “no estamos en contra de la compañía”, el malestar es por cierre de la planta sin atender el proceso legal que establece la Ley de Orgánica del Trabajo en términos de protección al derecho laboral. “Es injusto, ilegal y es arbitrario lo que está haciendo la compañía”.
Rafael Petit, operador del despacho, cargó contra la empresa. Acusó de intentar “sabotear” la producción “violando nuestros derechos”, aunque luego reconoció que “no hay materia prima” en los depósitos y que en los últimos días “sí ha disminuido el azúcar”.
En lo que coinciden los trabajadores es que “ninguno” plantea “secuestro, ni expropiación”. Petit dijo que el reclamo “no es por ese propósito”. El martes hubo una reunión en el que la dirección de la industria anunció que pagaría “una bonificación”, recordó Yovi Andrade, auxiliar de bodega. Un pago sin “garantía de salarios, sin HCM, ni incidencia de vacaciones. No nos parece lógico”.
La empresa emitió un comunicado esta semana a los trabajadores en el que especifica que por la falta de inventario de azúcar refinada se paralizaba la Planta en Maracaibo, y que los empleados gozarían de una compesanción solidaria que equivale al “ingreso básico sin insidencias, más el beneficio de alimentación, el pago de la prima de seguro de HCM al trabajador, esposa e hijos, el servicio de prevención funeraria y guardería”.
La notificación, que conoció La Verdad, indica que cuando se normalice el suministro de la materia prima, “se reanudará inmediatamente las actividades” en la planta.
Andrade resaltó que los stocks de azúcar desaparecieron. Hay una redirección a la planta de Valencia. La fábrica necesita 150 mil kilos de azúcar diarios para producir el refresco, pero solo llegaban siete gandolas a la semana, “dos gandolas al día”, unos 30 mil kilos por unidad que arribaban desde las centrales azucareras del país.
Pasadas las 11.00 de la mañana, una representación del Ministerio del Trabajo y de Sunagro se presentó a inspeccionar las condiciones de la industria. Voceros del sindicato pidieron se protegiera la demanda laboral así como en otras ocasiones cuando se solventó el inventario con importación autorizada por el Ejecutivo.
Douglas Carin, empacador, afirmó que “no hay azúcar” para producir el rubro tradicional. Pidió continuar operando con otra variedad de productos: bebidas dietéticas que no requieren endulzarse. Rechazó asomar expropiación. “Lo que queremos por medios pacíficos, es que el Gobierno y la empresa privada hablen, tenga acuerdo, bajen los recursos y que haya acceso a la materia prima”.