¿Trabajar o jugar carritos?

Muchos niu00f1os de la ciudad pierden du00edas de clases para ir a trabajar. (Foto: Archivo)

Miles de niños trabajan en Venezuela. El hermetismo que hay con respecto a las cifras oficiales ocultan la creciente problemática. Quienes laboran a corta edad ven sacrificada su infancia e incierto su futuro. Falta de oportunidades, pobreza, necesidad, irresponsabilidad familiar e inasistencias a la escuela forman el círculo vicioso

La calle arde producto del sol, su piel es del color del asfalto y lleva consigo una pequeña mochila donde guarda su dinero. Tiene unos 12 o 13 años y aunque no tenga edad legal para trabajar, lleva consigo la responsabilidad de sustentar su hogar. No va a la escuela ni tampoco al parque; en cambio da carreras cuando un carro se detiene y el chofer le pide que limpie el vidrio delantero. 

Según Unicef, entre 2005 y 2007 al menos 89 mil niños y niñas (de entre 10 y 15 años) trabajaban en Venezuela o buscaban trabajo, mientras que la cifra ascendía hasta unos 259 mil si se toman en cuenta los jóvenes de entre 16 y 17 años. Es común observar en semáforos, calles de la ciudad, el centro de Maracaibo o La Curva de Molina a los pequeños que laboran informalmente. No piden dinero ni roban, pero se nota que tienen necesidades y que carecen de una familia que les brinde protección y sustento.

Los jovencitos deambulan por doquier, vendiendo pastelitos o caramelos. Los juegos, la educación o los amigos no forman parte de su rutina. El hambre sí. El trabajo los priva de su niñez, incidiendo negativamente en su desarrollo físico, educativo, psíquico y social.

Letra muerta

La Ley Orgánica para la Protección del Niño y Adolescente (Lopna) en sus artículos 4, 53, 94 y 95 señala las obligaciones del Estado para asegurar que todos los niños disfruten de sus derechos y garantías como la educación, la protección en el trabajo y la armonía entre este y la educación. En el artículo 96 se fija la edad mínima de 14 años para trabajar en todo el territorio nacional, siempre y cuando no se viole la ley.

El trabajo infantil vulnera y pone en peligro la dignidad y moral del niño. Estos suelen ser víctimas de violencia mental, física y sexual. Así lo asegura María Liebster, psicóloga clínica y directora de la Asociacion Afecto Venezuela. “Los niños no son iguales que los adultos y no debe ser su responsabilidad el hecho de tener que trabajar. Ellos no tienen las mismas herramientas ni la capacidad física, emocional, cognitiva, psicológica o de protección que un adulto”. 

Para ella, muchos padres manipulan a los pequeños y los hacen sentir mal. “Los hacen madurar más rápido y pasan de largo las etapas normales de la infancia, sin poderlas vivir o disfrutarlas”. Añade que la irresponsabilidad de la familia o las necesidades hacen que los niños se vean obligados a trabajar, dejando la escuela y sufriendo cambios de personalidad que muchas veces los conducen por malos caminos. 

Causa y consecuencia

Según distintos especialistas, los factores que alimentan el trabajo infantil varían entre la pobreza, economía, crisis o acceso a la educación. La incorporación precoz al trabajo reduce significativamente los ingresos futuros de las personas a la sociedad. El sociólogo Énder Arenas coincide con ese argumento y comenta que “las familias son fundamentales por su rol de orientación, afecto y protección”. 

Las consecuencias del trabajo infantil varían desde depresión, vicios, estrés, sobrecarga física y mental, inseguridad, dolores de cabeza, anemia, baja autoestima, déficit de socialización, conductas agresivas, entre muchas otras.

El trabajo infantil condena a los jóvenes y en la mayoría de los casos imposibilita el crecimiento en su vida social y profesional. El juego, para quienes deben ir de bus en bus vendiendo bolsas de agua o comprando chatarra para llevar un pedazo de pan a sus hermanitos, existe solo en parques a los que jamás podrán jugar con carritos o con muñecas.

La importancia del juego

El jugar les permite a los niños tener estímulos, desarrollar su inteligencia, emociones, solidaridad, creatividad y personalidad. Gracias a este, transita su vida por diferentes experiencias en los ámbitos familiares, educativos y recreativos, aportando a su crecimiento, desarrollo y modo de establecer vínculos con aquellos que lo rodean. 

 

215 millones de niños en la actualidad trabajan en el mundo según la ONU.

85 millones de niños y niñas en todo el mundo se exponen a algunas de las peores formas de trabajo infantil según la ONG Save the Children. 

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