Trancazo y represión en Maracaibo

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 Los centros de votación, de varias parroquias de la ciudad, sin cola hacían contraste con la gente que caminó por las calles para abastecerse en el supermercado. En la calle Falcón, los vecinos y manifestantes le vieron la cara a la represión. Los funcionarios de la Guardia Nacional quisieron impedir los cierres de las vías

Sola. Sin carros, con chatarra, basura y árboles enteros caídos usaron para cerrar las calles de la ciudad. En las avenidas principales como Paúl Moreno Camacho, la Circunvalación 1 y el centro de la ciudad estaban despejadas. Los carritos por puesto hicieron su agosto y se movieron en Haticos, y las rutas de San Jacinto. Los buhoneros llenaron sus tarantines con plátanos, yuca y una que otra ropa. Sin embargo, Maracaibo no fue ayer una ciudad normal. Pero tampoco fue la foto de un municipio en el que se desarrollaba un proceso electoral.

En Haticos, los centros de votación sin cola hacían contraste con la gente que caminó por las calles y callejones del sector. Se movieron para ir al supermercado de la zona y pudieron comprar sin la tensión de siempre: jabón y harina. 

La gente se sentó en el frente de sus casas. Hubo algunos que quedaron “atrapados” en “los 500 metros de seguridad” que pusieron en los centros de votación. De los ocho centros de Haticos, solo habilitaron dos y lo mismo pasó en San Jacinto. Allí hubo más presión contra la oposición. De los ocho centros de ese lugar, también habilitaron solo dos, “pero no fue nadie o casi nadie”. 

“La gente cerró las calles desde la madrugada y se fueron a sus casas”. Después del mediodía se notó que lograron lo que habían prometido: Una ciudad con calles trancadas y una ciudad sola. 

El comercio cerró sus puertas. Solo abrieron panaderías, farmacias y supermercados. Los centros comerciales no abrieron sus puertas y los pequeños establecimientos también decidieron mantener sus santamarías abajo. 

La hora de la violencia

En la calle Falcón, los vecinos y manifestantes le vieron la cara a la represión. Los funcionarios de la Guardia Nacional quisieron impedir los cierres de las vías en las adyacencias del centro de votación Joaquín Piña. Y para dispersar a las personas, dispararon perdigones y lacrimógenas. 

La situación tomó el punto álgido a las 10.00 de la mañana y los funcionarios del Plan República se tuvieron que llevar las máquinas electorales para el centro de votación del liceo Yépez, tres cuadras más arriba y que intentaron quemar la semana pasada. En ese punto, la escena pareció una batalla campal.

En el sector El Naranjal, detrás de la Universidad Rafael Belloso Chacín, los colectivos hicieron de las suyas. Las denuncias de los vecinos cuentan de que ataques, allanamientos a las casas, robo de televisores y destrozos de vehículos. 

 

La Cruz Roja en atención

La Cruz Roja de Venezuela hizo un operativo. Cinco centros de atención de heridos gratis se instaló en la sede de la organización en el sector Las Veritas y en cuatro centros médicos privados de Maracaibo. La atención de los heridos por protestas fue gratuita.   

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